Una de las cosas que más quebraderos de cabeza les da a los familiares de los recién estrenados padres es el primer regalo que le van a hacer. Bien sea para el pequeño o para los flamantes papis. Y es que la ropa está muy visto, además hay que pensar en la talla y la estación del año para cuando el trajecito le valga. ¿Peluches? Esta tarea se complica cuando no es el primer hijo de la pareja.
Los pequeños que no alcanzan a leer, acaban de aprender a corren sin caerse y a saltar, tienen aún su lengüilla de trapo y no llegan al metro de estatura pero son capaces de identificar las marcas comerciales. Como lo leen. Al menos así lo revela el primer estudio internacional sobre gustos y tendencias infantiles en el ámbito del juguete.
Según un estudio, la llegada de un bebé a la familia hace que los hábitos consumistas de la misma cambien de manera drástica buscando mayor calidad y confianza en las marcas que compran. Esto se nota principalmente en la nevera, ya que la alimentación de sus pequeños es una de las cosas que más preocupa a los papás.
Las estrías son pequeñas y antiestéticas lesiones en la piel que se producen por un rápido ensanchamiento de alguna zona del cuerpo, como puede ocurrir en el embarazo. Su aparición depende de la genética, de lo rápido que se aumente de peso y de la elasticidad de la propia piel. Hay multitud de cremas que prometen eficacia contra las estrías, muchas especiales para el embarazo.
La crisis económica ha hecho que poco a poco las compras del hogar, en materia de comestibles, le abran la puerta a “marcas blancas”, por ser más cómodas en cuanto a la relación valor-cantidad-calidad; muchas de estas marcas emergentes, desconocidas o económicas, ofrecen productos de calidad relativa a la de los productos tradicionales, y los miembros adultos de la familia nos sentimos conformes al consumirlos.
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