¿Tienes plan con tu bebé para este fin de semana? Si no es así, te proponemos una experiencia mágica, divertida y llena de muchas sorpresas para toda la familia. La cita es en el teatro La Usina, en Madrid, donde los más pequeñines, junto a sus padres, van a disfrutar de uno de esos espectáculos en los que las emociones se van a ir hilando a través de ese lenguaje universal que es la música.
Ir al teatro con los bebés es una experiencia mágica, tanto para el niño como para los padres. Sólo necesitamos elegir aquel espectáculo que esté indicado para él y que le ofrezca los estímulos necesarios para atraer su atención. Afortunadamente cada vez son más las salas y espacios culturales que apuestan por los espectáculos para los más pequeños, esos que luego serán los espectadores adultos que amen y respeten el mundo de la escena.
Cada vez son más las salas de espectáculos que tienen muy en cuenta a unos espectadores más críticos, pero también agradecidos con la diversión que se les ofrece desde el escenario. De eso saben mucho en la sala Plotpoint de Madrid, cuya programación, en casi su totalidad, está dedicada al mundo de la infancia, sin olvidar en ningún momento a los más pequeñines.
Ya estamos a sólo unos días para que los niños de nuestro país inicien el nuevo curso escolar. A estas alturas seguro que nuestros niños ya están preparando su material, llenando sus mochilas, forrando sus libros y contando las horas que quedan para volver a la rutina. Afortunadamente esos nervios, esas emociones y enigmas que se plantean ante una nueva aventura escolar, es igual para todos, aunque los centros escolares sean bien distintos para un buen número de niños.
Hacer turismo con los niños puede resultar una experiencia de lo más divertida o, por el contrario, todo un infierno. Aunque todo dependerá del interés del niño y de sus propios gustos, visitar monumentos, pasear por la ciudad o interesarse por los pequeños detalles que guarda nuestra historia, no suelen ser las aficiones preferidas por los más pequeños. Sin embargo, resulta triste pasar por las grandes ciudades de nuestro país, sin disfrutar de esa maravillosa esencia que guarda para sus visitantes.
Los días de vacaciones ya van tocando a su fin. Muchas son las familias que ya están retornando a sus hogares y ciudades, con el fin de ir acostumbrándose a su entorno habitual, preparar la vuelta al cole y ordenar la vida, y también la mente, para un nuevo reto laboral y escolar. Pero la diversión no tiene porqué haber finalizado. Todavía podemos aprovechar esas actividades que las ciudades nos ofrecen para seguir disfrutando de un tiempo de ocio con los niños.
Los niños ya están de vacaciones, así que necesitarás de mucha imaginación para mantenerlos entretenidos a lo largo de estos largos días de verano. Además de disfrutar del aire libre, la piscina, la playa o alguna que otra excursión, también podemos buscar diversión dentro del mundo de la cultura. Exposiciones, visitas a museos, el cine o el teatro, pueden ser opciones fresquitas y muy beneficiosas para nuestros niños.
Con el fin de aliviar las altas temperaturas del verano, especialmente para aquellos que se tienen que quedar en la ciudad, o para los que ya han vuelto de vacaciones, o incluso para los turistas que prefieren visitar la capital, Madrid ofrece, cada año, un amplio, y muy variado, programa de actividades culturales, actuaciones teatrales y conciertos con los que hacer mucho más atractivo el verano madrileño.
La época veraniega resulta muy especial para los niños ya que, gracias a las vacaciones, al tiempo libre y a las buenas temperaturas, podemos realizar más actividades en familia. Divertirnos todos juntos, va a traer grandes beneficios para estrechar, mucho más, los lazos que nos unen. Por eso si desde bien pequeños somos capaces de interactuar con nuestros bebés, estaremos abonando un campo en el que solo crecerá cariño y respeto.
Si hablamos de poesía escrita en castellano y cuyos máximos destinatarios son los niños, un primer nombre nos pasa por la mente: Gloria Fuertes. Esta madrileña universal, consiguió que los niños españoles, de hace varias generaciones, descubriéramos lo que era el mundo de la fantasía, hiladas con letras, a través de su poesía. Una poesía sencilla, llena de giros poéticos, pero con la que podíamos jugar, cantar y divertirnos.
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