Tener que cambiar de domicilio supone para todos, tanto para niños como adultos, una experiencia estresante y más o menos traumática. Lo importante es que este paso lo demos de forma conjunta e intentando evitar, por el bien de todos, momentos de tensión que, lógicamente, se irán produciendo a medida que el cambio se va acercando. Si somos capaces de transmitir seguridad y dar un tono de alegría y sorpresa ante la nueva vida que nos espera, entonces supondrá una experiencia maravillosa para compartir en familia.
En esta ocasión seguimos hablando de la conflictiva situación que trae ser hijo del medio.