Hace ya un tiempo que mis hijos dejaron de ser bebés y el tiempo da una perspectiva distinta de aquella época. Ahora se que he sido la mejor madre para mis niños mientras fueron bebés aunque en aquel momento todo eran dudas, culpas e inquietudes, como lo son en este momento respecto a la etapa que vive cada uno de ellos. Pero la primera infancia pasó y puedo decir que el secreto para ser la mejor madre es quererles, nada más.
Existen el mito acerca de las madres nos despertamos antes cuando llora el bebé por las noches. Esto tiene una base científica que ha generado cierto grado de polémica entre los miembros de la pareja.
A estas alturas ya sabemos, a ciencia cierta, que todo aquello que siente, experimenta y vive una mujer a lo largo de su embarazo, son pequeñas muescas que van influyendo en el desarrollo de su bebé. No sólo a nivel físico, en cuanto a sus hábitos diarios tanto en la alimentación o en el consumo de ciertas sustancias perjudiciales, si no también en el ánimo. Según sea nuestra disposición ante el embarazo, la forma de vivirlo y el modo de solucionar los pequeños problemas que se nos van planteando, así le dejaremos a nuestro bebé uno u otro legado emocional.
Cuando nuestro bebé recién llega a nuestros brazos después de haber salido del cálido recinto de nuestro vientre, viene con tantas novedades, especialmente si es el primero, que en muchas ocasiones no sabemos muy bien como tratarlo. Llantos que aparecen de forma inesperada, dudas que nos asaltan a cada paso y normalidades que nos parecen lo más raro del mundo, son sólo algunas de esas preocupaciones que nos embargan y que, incluso a veces, impiden que vivamos nuestra maternidad con toda la plenitud que se merece.
en el que intentan orientarnos, informarnos y ofrecernos ciertas pautas con las que educar a nuestro bebé. Ya sabemos aquello de que "no nacen con un libro debajo del brazo", es más, lo hacen con muchísimas interrogantes y sorpresas que lo único que viene es a aumentar nuestras inseguridades, quizás por ello también resulta tan excitante el proceso de la crianza.
Si te preguntaran, en este mismo instante, ¿cuál es el sonido más perturbador, insoportable y molesto? seguramente no sabríamos por cual decidirnos. Para aquellos que vivimos en las grandes ciudades, parece que nuestro oído se ha ido acostumbrando a un buen número de ruidos que, instalados en nuestro subconsciente, no nos altera nuestra rutina en absoluto. El tráfico, las bocinas de los automóviles o el griterío de los niños en la escuela, ya son parte de nuestro paisaje sonoro urbano por lo que sin ellos, casi, nos sentiríamos perdidos.
Una de las grandes preocupaciones de los padres, especialmente cuando son primerizos, es saber identificar el llanto de su bebé. La mayoría de veces lloran porque tienen hambre, necesitan cambiar el pañal o están cansados, pero poder adivinar su necesidad no siempre es fácil. Por eso la tecnología, siempre atenta ante las necesidades de las familias, no deja de inventar nuevos dispositivos que nos hagan la vida mucho más sencilla y placentera.
Durante el verano antes de comenzar el colegio por primera vez hablamos con el niño, como ya hicimos con su hermana hace años, sobre lo divertida que va a ser esa nueva etapa. Le contamos que hará amiguitos, que lo pasará muy bien, hablamos de las profes, los colores, la plastilina, el patio...También recalcamos lo mayor que es y que por eso ya puede ir al colegio, etc. Con la niña funcionó. Yo estaba preparada para una escena de mimos y no tuvo nada que ver, según vió la puerta entró por ella sin mirar atrás. No hubo ni beso de despedida.
Los bebés están acostumbrados a vernos con un determinado aspecto físico. El pelo largo, recogido, usamos gafas o llevamos barba, son detalles que nuestro pequeño relacionará siempre con la imagen de mamá o papá. Pero si un día algo de eso desaparece o cambia, entonces les crea un desconcierto, es como si de repente hubiesen cambiado de persona y los padres ya no son los que eran.