Seguiremos hablando de la mejor manera que puedes alimentar a los niños que no quieren ingerir lácteos. Aprovechamos para invitarte a leer el artículo anterior en el que hemos tocado el tema.
El mundo de la fama, la promoción y el artisteo, es especialmente llamativo y divertido para los niños. Ser famosos y conocidos más allá de nuestro propio círculo social, se ha convertido en una de las máximas aspiraciones de la población. La televisión, con su importante influencia, es una ventana magnánima que nos promete conseguir todo aquello que deseamos, así que no es extraño que los niños también se vean salpicados con esta imponente moda.
Uno de los motivos por los que se abandona la lactancia materna es la percepción, por parte de la madre, de falta de leche. En muchos casos se puede presentar un cuadro conocido como 'falsa hipogalactia', se trata de un problema vinculado a la pérdida de la cultura del amamantamiento y, en muchos casos, la falta de autoestima en las mujeres.
Los seres humanos somos mamíferos, por eso nuestro primer alimento lo recibimos en forma de leche del propio cuerpo de nuestra madre. La lactancia materna es necesaria y recomendable, según las autoridades sanitarias, durante, al menos, los seis primeros meses de vida. Las cualidades y beneficios que nos aporta esta alimentación servirán como base para el desarrollo físico y mental que nos acompañará el resto de nuestra vida.
Llegado el invierno y las bajas temperaturas es normal que nuestros niños acaben acatarrándose. Las toses o los mocos se vuelven omnipresentes en nuestro día a día. Según los datos sanitarios, los menores de dos años sufren entre 5 y 8 infecciones respiratorias al año que vienen acompañadas por molestias que suelen ser habituales en todos por igual, aunque en mayor o menor cantidad.
En los últimos años las necesidades de alimentación han ido variando según las distintas modas que nos ha ido imponiendo una sociedad más preocupada por la estética que por la salud. Es así como nos hemos visto invadidos por productos light, sin calorías, desgrasados y a los que, además, y a la vista de los resultados, también se les ha eliminado gran parte de sus propiedades nutritivas. La moda por cuidar la alimentación nos ha llevado, quizás, a un extremo totalmente contrario que no parece tener los resultados más óptimos.
Es evidente que el mejor alimento para nuestro bebé, nada más nacer, es la leche materna. Pero resulta que en algunos casos es imposible. Es entonces cuando recurrimos a la leche de fórmula especial para los recién nacidos y cuyos componentes intentan parecerse, en lo más posible, a la materna. Siempre asesorados por nuestro pediatra, que será el que mejor nos guíe a través del cuidado de nuestro bebé, los biberones se convierten en el alimento ideal para nuestro peque durante sus primeros meses.
Los alimentos lácteos, como la leche o los yogures, son fundamentales en el crecimiento de nuestros hijos. Además del calcio, contiene potasio y magnesio, así como distintas vitaminas, sobre todo del grupo B, nutrientes necesarios para el perfecto desarrollo de nuestros niños. Sin embargo, según los últimos datos, los niños españoles no toman suficientes dosis de lácteos.