Lectura recomendada de la semana: Las lágrimas de Haddock
Las experiencias que vivimos cuando somos niños nos marcan de por vida, así las vamos rememorando no sólo en nuestra memoria, sino también en nuestro corazón, con esa brillantez permanente de un camino recorrido lleno de sorpresas. Al menos así sucede, especialmente, cuando las experiencias han sido buenas, resultando ser eslabones sólidos de lo que se va conformando nuestra vida a lo largo de los años.