Varios son los estudios que se han realizado en torno al sentido que los niños tienen sobre la justicia. Es evidente que ya, desde sus primeros años, los pequeños aprenden a convivir con otros niños, analizan su entorno y van consolidando lo que posteriormente se convertirá en una personalidad sólida que, llegada a la época adulta, pocos cambios caben esperar
Se suele decir y pensar que los bebés son egoistas por naturaleza. Cuesta mucho que entiendan el concepto compartir y que lo lleven a la práctica. Sin embargo una investigación reciente pone esta máxima en duda, ya que considera que a una edad tan temprana como los 15 meses, los bebés ya pueden ser altruistas y justos. Lo que aún no está claro es si se trata de una virtud innata o aprendida del comportamiento de los padres y otros adultos del entorno más cercano.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, aunque por algunas como estas valdría la pena pagar mucho dinero por no tener que verlas nunca. Sin embargo, esta es la realidad. Una madre se divertía pegando a su hijo a una pared con potente cinta adhesiva. El pequeño no tiene los dos años de edad, lo suficiente para tener un trauma para siempre.
El Estatuto de los Trabajadores establece un permiso de lactancia para las madres trabajadoras por cuenta ajena, que les autoriza a ausentarse del trabajo durante una hora o a reducir su jornada laboral en media hora, durante los nueve meses posteriores al nacimiento. El permiso puede ser disfrutado por el padre o la madre, indistintamente, pero sólo si los dos son trabajadores por cuenta ajena. El hombre que trabaja no tiene la opción de acceder al permiso directamente.
Los niños nacidos entre el 23 de septiembre y 22 de octubre son los que lo hacen bajo el signo de Libra. Bebes especialmente encantadores que lucharán, durante toda su vida, por encontrar el equilibrio y la verdad en cada una de sus manifestaciones ya que el centro de su vida gira en torno a la justicia.
Todos recordamos lamentables noticias de padres de acogida y padres biológicos luchando por la custodia de un pequeño. Siempre es una situación muy dura para ambas familias, todos quieren al niño y a priori todos nos parecen tener derecho a estar con él. Los padres de acogida porque se han volcado en él durante un tiempo más o menos largo y los biológicos porque han reordenado sus vidas para poder estar con sus hijos. Sin duda es una situación muy compleja y en la que ninguno querríamos estar.