El juego espontáneo que realizan nuestros hijos, ese que ellos mismos inventan se suele diferencias bastante del que proponemos nosotros. Con frecuencia elegirán elementos de la vida cotidiana en vez de esos sofisticados y carísimos juegos que compramos nosotros. El secreto de esto parece ser que cuanto menos haga el juguete más podrá hacer el pequeño.