Hoy 5 de mayo se celebra una fiesta muy importante en Japón, se trata de el Día de los Niños. En ella, toda la sociedad nipona, respeta la personalidad de sus hijos, del mismo modo que se celebra su felicidad. Un día en el que se suceden las celebraciones, tanto en el propio hogar como en las calles. Consiguiendo un protagonismo especial lo que se conoce como koinorobi, unas cometas en forma de carpa que representan a la familia.
A lo largo de los últimos años se ha comprobado como el índice de natalidad en Japón ha descendido de forma alarmante. Tanto es así que las cifras ya hablan de un 27,3 por ciento de mayores de 65 años del total de la población nipona. Y según las previsiones, si se sigue a este ritmo, dentro de unos 50 años la mitad de los habitantes de Japón serán mayores de 60 años.
El mundo del manga japonés se ha convertido en una de las diversiones más generalizadas dentro de la diversión en la gran y pequeña pantalla. Dibujos y animaciones con unos rasgos muy particulares, han ocupado nuestras horas de entretenimiento, aunque a veces con alguna que otra confusión. El manga puede estar dedicado tanto al mundo de los niños como al de los adultos, por ello debemos elegir con especial cuidado el contenido que vamos a ofrecer a nuestros peques.
Cualquier época es la ideal para que tus niños se inicien en el noble placer de la lectura. Y es precisamente ahora, en pleno invierno, cuando nos gusta disfrutar del calor del hogar, cuando mejor podemos incitarles a que se acerquen al mundo de las letras. La lluvia, los días grises, son perfectos para dejarnos llevar por la mejor de las aventuras, esas que se fraguan en nuestra imaginación y nos invitan a un maravilloso viaje.
El Imperio del Sol Naciente no tiene límites, y es que auspiciados por los avances tecnológicos más avispados, los japoneses logran sacar partido a cada uno de los momentos vitales de nuestra vida siempre con la mejor de las sonrisas. Hacer de cada segundo un recuerdo, ya no es solo algo que pueda quedarse prendido en la memoria, si no que también ahora puede convertirse en un objeto físico que nos lo recuerde de por vida.
A ninguna madre se le ocurre, creo yo, dejar llorar a su bebé de forma desaforada y sin ningún tipo de caricia o consuelo. Es cierto que los niños se expresan a partir del llanto y reclaman sus atenciones, exigiendo sus necesidades, a través de él, pero de eso a convertirlo en todo un espectáculo internacional, ya me parece un tanto exagerado.
Este año los niños japoneses han sido los protagonistas de la Navidad en uno de los barrios más selectos de la capital nipona. Más allá de los tópicos que nos impulsan a creer en una época llena de magia y solidaridad, es la misma voz de los inocentes la que puja por construir un mundo mejor para todos.
Además de la propia lectura, los niños necesitan estímulos visuales y actividades lúdicas con las que acercarse al mundo de los libros. Para aquellos más perezosos o los que todavía no controlan bien las letras podemos ofrecerles libros que contengan todos estos ingredientes y que, de algún modo, les van a servir para familiarizarse con el propio objeto, además de ampliar y disfrutar con su imaginación.
Después de una tragedia natural tan devastadora como la sufrida en Japón hace unos días, ahora empiezan a aflorar las graves consecuencias de este desastre. Por eso cualquier medida es necesaria para evitar que la cifra de tragedias aumente, sobre todo porque, las radiaciones nucleares pueden resultar ahora un impedimento añadido para la recuperación del país.
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