Conseguir que nuestros niños aprendan, a la vez que se divierten, es una de las tareas que los padres debemos procurarles. Ayudar a que superen sus fracasos, hacer que se tomen con humor la vida y animarles a, pese a todo, seguir hacia adelante con valentía y esperanza, son esos pequeños gestos con los que vamos a conseguir seres humanos mucho más preparados para el futuro.
Dicen que no hay nada más lindo y gratificante que ver a un bebé sonreír, y así es. La risa de nuestros niños, que aún no conocen de hipocresías ni de dobles sentidos, demuestra que están felices y que aquello que les rodea les es beneficioso. Saber que nuestros hijos se encuentran contentos a nuestro lado, es fundamental para que nuestra tarea de padres se vea recompensada.
El verano puede ser una época estupenda para aficionar a los niños a la lectura. Más allá de los obligados libros que han tenido que sobrellevar durante todo el curso, existe el puro placer por las letras, por las historias sencillas y divertidas, esas que nos hacen crecer en imaginación y fantasía, además de aprender otra serie de valores que tanta falta nos hace en la actualidad.
Estimular el buen humor en nuestros niños puede llegar a ser muy positivo, tanto a corto como a largo plazo. Así estaremos potenciando el buen carácter y su alegría. Gracias al buen humor se podrá tener una vida más alegre y sentir que todo irá mejor. Reírse junto a la familia y los amigos es una manera de conectarse mejor, afianzar los vínculos, mejorar la salud y afianzar la autoestima.
El Día de la Madre se celebra el próximo domingo, así que ya estás tardando en buscar un detalle para celebrar tan importante día. Entre las muchísimas cosas que podemos encontrar en el comercio, hoy nos quedamos con los libros. Son muchas las guías de consejos, de ayuda o con referencias médicas que se pueden encontrar, pero nada mejor que ponerle humor y alegría a una tarea que ya, en sí misma, trae muchos quebraderos de cabeza y excesiva responsabilidad.
Ser padre es, siempre, una aventura sorprendente. Incluso para aquellos que no tuvieron bastante con la primera, y deciden probar algunas más, cada una de estas emocionantes gestas, que vienen en forma de niño, son inigualables, irrepetibles y, por supuesto, llenas de emociones. Por eso, ser padre se convierte en un tema lleno de recursos para una obra literaria.
Acabas de enterarte que vas a ser mamá. Tras la primera explosión de alegría, te quedan nueve meses para ir dándole vueltas a la cabeza sobre lo que será tu futuro en cuanto a la criatura le dé por nacer. Por mucho que te imagines, nada será comparable a la experiencia de la crianza, ni siquiera, y aun teniendo puntos en común, a la de tus amigas, antecesoras o expertas en la materia. La maternidad es una aventura totalmente personal e intransferible.
Una de las tareas fundamentales de los padres es la de educar a nuestros hijos. A lo largo de su crecimiento te irás dando cuenta como su sed de conocimientos se vuelve infinita e imparable. El mundo que les rodea está repleto de enigmas que necesitan resolver y comprender para darle un sentido a su vida. Es cuando empiezan a bombardearnos con preguntas, algunas tan sencillas que no sabemos bien como contestarlas, y otras tan complicadas que tampoco sabemos darles respuesta.
Los niños son seres maravillosos e increíbles. Gracias a su infinita inocencia, son capaces de hacernos sentir y valorar esos pequeños detalles que, acontecen en nuestra vida, y que apenas somos capaces de percibir. Algo que nos lleva a reflexionar para pensar que la felicidad, seguramente, está en esos pequeños detalles que, cada día, dejamos escapar por estar ocupados en otras cosas que creemos son más importantes.
Uno de los personajes que siguen apareciendo en los libros infantiles con bastante asiduidad son las princesas. Claro que aquellas cándidas niñas, llenas de encanto y candor, que apenas podían rozarles ni el más leve soplo, han dado paso a otras mucho más guerreras, fuertes e, incluso, gamberras. Las princesas de los cuentos de antaño han dejado de ser de frágil cristal para convertirse en auténticas rocas de la más férrea artillería.
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