El mes de septiembre suele ser el más desastroso para algunos de los niños que ven "peligrar" su estabilidad al tener que acudir a la escuela o guardería por primera vez. Compartir varias horas con nuevos amigos, acatar órdenes de un adulto que no es de su familia o alejarse de mamá durante un tiempo que le parece interminable, son algunas de las dificultades con las que los pequeños se tienen que enfrentar sin remedio.
Cuando los padres confían en la profesionalidad de las personas que trabajan en las guarderías o centros infantiles, no suelen equivocarse (salvo casos que han salido a la luz y que son inconcebibles). Sin embargo, hay ocasiones en las que las pretensiones de los padres puede que no se adapten a la realidad.
Una vez más, contemplamos una iniciativa alimentada por la situación actual en el mundo. La falta de recursos económicos en las familias ha hecho descender la natalidad a nivel mundial, con la correspondiente repercusión que conlleva en relación a sectores de la sociedad que depende de ello.
que les suelen programar para que estén bien entretenidos durante todo el día, además de ir consolidando y desarrollando sus habilidades cognitivas. Claro está que, además, tendrán su tiempo de descanso, en el que recuperar fuerzas con algún que otro sueñecito o pequeñas propuestas lúdicas que les ayuden a relajarse.
Hemos leído, en varias ocasiones, la cantidad de niños que se quedan sin plaza escolar en estas edades por que no hay centros suficientes para ellos. A pesar del descenso de la natalidad y de la situación de crisis actual, las guarderías aparecen como un negocio con mucho futuro.
Durante estos días son muchos los bebés que se incorporan a una nueva experiencia: la asistencia por primera vez a la guardería o al cole. Se trata, en la mayoría de los casos, de una experiencia totalmente novedosa que viene a romper toda su monotonía y la rutina establecida que, hasta ese momento, mantenía con la familia. De repente, se ve apartado de su mamá, "abandonado" a personas ajenas y rodeado de un montón de bebés más que, como él, se pasan el día llorando. ¿Qué ha hecho mal para que se le someta a ese cruel "castigo"?
La localidad cántabra de Castro Urdiales tendrá a 55 niños de dos años menos matriculados en el nuevo curso, debido a la falta de espacio en las aulas de los colegios. Aunque esta enseñanza a esa edad no es obligatoria, el caso es que el motivo es relativamente endeble.
En la guardería de La Cañada, en la provincia de Cáceres, trabajan contrarreloj para poder tener ocupantes para sus aulas. Las instalaciones están listas y los profesionales, preparados para arrancar el próximo mes. Pero falta lo más importante: los niños.
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