Lo he contado varias veces, mis hijos tienen mucho carácter, tienen muy claro lo que quieren y luchan con todas sus fuerzas por conseguirlo. La mayor ya es capaz de expresar sus deseos, emociones y frustraciones con palabras y con gestos más contenidos, pero ha sido de esos niños a los que se conoce por sus rabietas. El peque, bastante más tranquilo pero igualmente tenaz, está en la época de apogeo de las pataletas.
Una investigación dio a conocer que aquellos hombres que no pueden tener hijos tienen una mayor frustración que las mujeres. En diferentes oportunidades te hemos mencionado que los hombres tienen las mismas probabilidades de las mujeres de sufrir infertilidad. Es normal que ante esta situación se sientan enojados, tristes, aislados.
No nos cansaremos de repetir que la lactancia materna es lo mejor para el bebé y para su madre. Tampoco dejaremos de insitir en que no siempre se puede o se quiere y que no se es peor madre por ello. Las madres que alimentan a sus bebés con lactancia artificial a menudo se sienten culpables, fracasadas y solas. Y no debería ser así.