La sobreprotección no es positiva para los niños, pero tampoco lo es para los adultos. Este estilo educativo incrementa la dependencia mutua. La sobreprotección incrementa el círculo de la preocupación constante de aquel adulto que siempre observa una posible amenaza que despierta la alarma de la preocupación. Por tanto, esta predisposición ante la realidad no incrementa la tranquilidad y la felicidad, sino que aumenta el malestar porque la rumiación mental está en el origen mismo de este tipo de comportamiento.
La felicidad es un objetivo universal del ser humano. Como adulto, buscas tu propia felicidad de manera consciente. Como padre o madre, acompañas a tu bebé en esta experiencia de bienestar porque tu influencia es muy importante en este tiempo. ¿Cómo hacer feliz al bebé? En Uno más en la familia te damos ocho consejos de ayuda.
Las vacaciones de Semana Santa se presentan como un horizonte de ilusión para la familia. Sin embargo, conviene regular las propias expectativas en torno a estas fechas para buscar el equilibrio entre la propia interpretación de la rutina y la idealidad que, a veces, acompaña a este tiempo de descanso. ¿Cómo vivir unas vacaciones en familia disfrutando de lo esencial de estas fechas de relax?
Que nuestros niños estén bien alimentados es fundamental para que tengan un buen desarrollo. Un cuerpo sano y lleno de energía les va asegurar una mejor salud en su futuro. Pero estar bien alimentados no solo repercute a su organismo físico, también su salud mental y emocional se ve afectada por los nutrientes que le ofrezcamos.
La empresa de juguetes y ocio infantil Imaginarium ha realizado su segundo Estudio sobre Felicidad e Infancia, una investigación que intenta valorar, y poner sobre aviso, el estado de ánimo en el que se encuentran nuestros niños. Si bien medir ese grado de bienestar en los peques puede resultar un tanto complicado, a través de las actuaciones de sus padres se puede conseguir tener una idea bastante exacta sobre ese estado, y en ello los juegos y juguetes tienen una parte fundamental.
Educar a un niño es una de las actividades más arriesgadas y complicadas con las que el ser humano se tiene que enfrentar en su vida. Además de estar atentos a su salud, a sus cuidados más básicos y ayudarle en sus conocimientos, también es necesario que le procuremos un estado vital lleno de buenas energías, alegría y felicidad. A medida que va creciendo se irá encontrando con dificultades y problemas ajenos al propio hogar, que tendrán que aprender a resolver del mejor modo. De la educación que le hayamos dado, y de nuestra actitud, dependerá que salga ileso de esos pequeños, o grandes, naufragios que se producen, sin poder impedirlos, a lo largo de su existencia.
Todos los padres deseamos que nuestros niños sean felices. Más allá de las condiciones físicas que les acompañen, de los experiencias que les vayan apareciendo en la vida o de los traspiés que la propia experiencia vital nos ofrece, nuestra máxima es saber que la alegría les acompaña y que son capaces de afrontar los retos del día a día con solidez y buen humor.
No debe haber deseo más grandes como papás que ver a nuestros hijos felices y sanos, ayudarlos lograrlo puede estar en nuestras manos. Todos pasamos la vida buscando esta emoción que nos genera gratificación, satisfacción y lograr que los peques también la sientan es muy importante.