El embarazo y la pareja (III)
Entre tantas quejas que de repente nos aparecen esta la típica: ‘No colabora en las tareas domesticas’. Una cosa es que el médico te recomiende caminar y otra que llegues de trabajar y tengas que ponerte a planchar. Acuérdate que él se planchaba muy bien las camisas cuando vivía solo y tenía las primeras citas. No debes entrar en reproches, pero no debes ceder con las tareas domesticas y más si estas implican mover o levantar cosas pesadas. El día de mañana habrá una criatura a la que deben dedicarse por entero y él deberá alimentarlo también. Por eso, pídele, siempre con cariño y respeto que te ayude en algo más que sacar la basura a la vereda.