Reivindica tu papel como modelo alimentario de los hijos, ¿te atreves?
El hecho de que un niño se niegue a probar un alimento nuevo no lo convierte en mal comedor, o en un caprichoso (lo sería si te exigiera golosinas en lugar del plato de lentejas, y tu se las dieras). Que lo hayas intentado 3 veces sin éxito no significa que tu hijo te toma el pelo. La neofobia alimentaria (o paradoja del omnívoro) es frecuente en población infantil. Según leemos en Muy Interesante, parece tener poca incidencia en los bebés que pasan de la teta al plato saltándose purés o papillas; y desaparece con la edad.