A los cinco años la mayoría de los niños ya pronuncian correctamente la letra R. Sin embargo, un 20 por ciento tienen problemas para articular este fonema, una dificultad que tiene un nombre: rotacismo. Lo cierto es que la mayoría de los expertos están de acuerdo en afirmar que no se trata de un problema físico ni psicológico del menor, sino más bien de colocación de la lengua para pronunciar correctamente.
Hace unos días que hablamos de la dislexia como un trastorno en el aprendizaje de la lectura y la escritura, pero también existen otros tipos de dificultades a la hora de enfrentarse nuestros niños a sus habilidades de la lectoescritura. Nuestra obligación como padres es detectarlas cuanto más pronto posible ya que, de este modo, vamos a evitar al niño problemas más serios como la frustración o la ansiedad, entre otras muchas.
Aprender a leer y a escribir no es tarea fácil. Para que se produzca con un desarrollo normal, el niño debe recibir estímulos, desde muy temprana edad, que le orienten hacia ciertas capacidades donde la maduración neurológica como sus capacidades intelectuales y psicológicas juega un gran papel. Pero también puede suceder que niños con una capacidad intelectual media o, incluso, superior, se encuentren con dificultades en el aprendizaje de la lectura y la escritura.