El verano puede ser una época estupenda para aficionar a los niños a la lectura. Más allá de los obligados libros que han tenido que sobrellevar durante todo el curso, existe el puro placer por las letras, por las historias sencillas y divertidas, esas que nos hacen crecer en imaginación y fantasía, además de aprender otra serie de valores que tanta falta nos hace en la actualidad.
Desde el principio de los tiempos de la literatura infantil, los cuentos, por mucha fantasía que contengan, han servido también para educar y moralizar. Hay ciertas materias que son un tanto peliagudas para hacerlas entender a la tierna mente infantil, así que este tipo de relatos nos han servido, y nos sirven, para que nuestros niños se fijen en esos otros temas a los que, a menudo, no encontramos las mejores palabras.
Las lecturas infantiles suelen ser una herramienta eficaz para que los niños aprendan, descubran y se formen en ciertos hábitos muy saludables. Nadie dijo que educar fuera fácil, mucho más cuando hablamos de pequeños infantes, totalmente maleables, aunque con ciertas posturas que nos resultan complicadas corregir. Los bebés son libros en blanco en los que hay que saber escribir para conseguir adultos íntegros y con importantes valores.
Los libros infantiles nos pueden servir, además de para que los niños se diviertan y amplíen su lenguaje, para detectar, también, ciertos problemas que estén sufriendo en silencio y que apenas se atrevan a comunicarnos. Los cambios de humor en los niños pueden ser habituales, durante su crecimiento, siempre que no se prolonguen en el tiempo y les lleven a un estado emocional preocupante.
Los libros pueden ser los mejores aliados de juegos y diversión para los más pequeños. Si los incluimos entre sus objetos de diversión favoritos, vamos a conseguir que se conviertan en ávidos lectores, convirtiéndose en adultos más preparados, llenos de imaginación y creatividad. Por eso no está de más que les animemos a jugar a través de los libros.
Nos gustan los libros. Nos encanta bucear entre sus páginas para descubrir historias maravillosas, sencillas, divertidas o llenas de sorpresas. Y es que por muy fantásticas e increíbles que sean, siempre existe una conexión directa con la realidad, con esas pequeñas cosas diarias que nuestros niños van aprendiendo cada día y que, los mayores, no siempre encontramos las palabras adecuadas.
El próximo domingo, 19 de marzo se celebra el Día del Padre, una festividad en la que intentamos hacerle un homenaje a nuestros papás. Para los niños es un día muy especial, ya que intentan acercarse más, si cabe, a la figura de su progenitor. Un buen regalo sería, por lo tanto, hacer una seria reflexión sobre lo importante que es tenerlo a nuestro lado y lo mucho que nos regala cada día con su cariño, incluso cuando se escapa alguna que otra regañina.
Hay historias que llegan al corazón de una forma clara, directa y transparente. Historias de esas que nos hacen plantearnos hasta que punto el hecho de ser padres puede cambiar el rumbo de la vida, la forma de nuestros pensamientos o el modo en el que aceptamos nuestro destino, por muy doloroso y trágico que sea.
Acostumbrar a nuestros niños a que disfruten de la lectura, debería ser una norma básica para todos los padres. A través de los cuentos infantiles, nuestros peques van a desarrollar su imaginación y su creatividad, pero también van a entrar en un mundo de diversión cuyo fondo es mucho más intenso e importante de lo que podamos imaginar.
¿Tu bebe necesita un andador? Te damos algunos consejos 
Campamentos de surf para niños en Galicia durante el verano 
Depresión postparto: factores de riesgo, síntomas y cómo prevenirla