¡Qué difícil resulta, a veces, que coman nuestros niños! Les haces el avioncito, les prometes postres de chucherías infinitas, les muestras libros y hasta dejas que se embadurnen como croquetas rebozadas de puré. Pues bien, para algunos, ni con todos los espectáculos del mundo conseguimos que se lleven un mínimo bocado al estómago.
El tema de la alimentación sigue siendo una de las asignaturas pendientes en la educación de nuestros niños. Por eso siempre se agradecen los gestos que, desde las instituciones, se hacen a favor de esta causa en la que los padres, a menudo, nos sentimos tan desamparados. Es cierto que la nutrición de nuestros pequeños es algo que compete, directamente, a las familias pero también es verdad que resulta harto complicado luchar contra los gigantes publicitarios de comida rápida, bollería industrial o chucherías atractivas que les hacen mil y una promesas de regalos fáciles y divertidos.
Sólo ha sido una décima de segundo, el gesto involuntario de un sutil parpadeo o ese leve e inoportuno descuido de mirar hacia otra parte justo cuando el puré aparece esparcido por la mesa. Los niños aprenden jugando y, dentro del amplio mundo del juego y la enseñanza, está la parte divertida de aprender a comer. Por eso es inevitable, por mucho que nos empeñemos, que las cucharas vuelen, las verduras acaben formando un lindo estucado en la pared de la cocina o el plato ruede y caiga sin más horizonte que el suelo.
A veces nos suele suceder que comemos más con la vista que con el paladar. Un plato bien presentado, con colores armónicos y un diseño equilibrado nos invita a su degustación aun sin estar convencidos de que los ingredientes sean, del todo, de nuestro agrado. Pero es que somos así y, los niños, mucho más. Por eso para aquellos que tienen dificultad con la comida, las madres tienen que inventarse mil y una formas para poder alimentarlos con una dieta bien equilibrada y completa.
Pudiera ser que, aprovechando que estamos embarazadas y por aquello de que nuestro cuerpo va a tener que soportar unos kilillos de más, nos liemos la manta a la cabeza y con la manida excusa del antojo fácil o de "ahora tengo que comer por dos", nos saltemos todas las reglas de oro de la buena alimentación. Nunca debemos olvidar que hay que alimentarse de forma variada pero sin cometer excesos, además no tenemos que perder de vista que, de nuestra alimentación, también depende la salud de nuestro bebé. Por eso es importante que en nuestra dieta incluyamos todo tipo de nutrientes, eso sí, en algunos tendremos que observar ciertos detalles. Si ves que estás ganando demasiado peso durante el embarazo, no está de más que sigas estas recomendaciones:
Salir con los niños a comer fuera puede convertirse en una tarea divertida y enriquecedora o, por el contrario, en una batalla insoportable de inimaginables consecuencias. Por muy pequeños que sean debemos hacerles partícipes de esta nueva experiencia, contándoles dónde vamos a ir o que novedades vamos a vivir en un momento tan especial.
Ya hemos hablado en otras ocasiones de la importancia de enseñar a nuestros niños el hábito de comer bien, de forma equilibrada y sana. Si así lo hacemos, conseguiremos que, tanto su desarrollo como sus posteriores necesidades nutritivas, estén perfectamente cubiertas y, por lo tanto, su sistema inmunológico en perfectas condiciones. Una dieta equilibrada le evitará tener complicaciones, tan tristemente habituales en la actualidad, como el sobrepeso, la diabetes o la anemia.
Dentro de nuestra labor como educadores existe aquella, tan importante, de enseñar a nuestros hijos en la difícil y gratificante tarea de la alimentación. No debemos olvidar que los niños aprenden por imitación, por lo tanto es fundamental que mantengamos unos hábitos saludables y equilibrados a fin de evitarles futuros problemas tanto en salud física como en la emocional.
Sin duda la elección de los distintos tipos de frutas y verduras va en los gustos de cada persona y familia. Por fortuna disponemos de una amplia variedad de productos frescos que hacen de nuestros mercados verdaderos surtidores de alimentos ricos, sanos y apetitosos donde podemos elegir aquellos que mejor acompañen nuestros gustos y nuestra dieta. Una buena elección supone un acierto, casi seguro, en la calidad de nuestra alimentación y en la de nuestra familia.