Si hay un animal asociado al ahorro ese es el cerdito. Desde tiempos remotos la hucha tradicional ha pasado por muchos diseños pero uno de los que prevalecen a través de los años es el de cerdito. Como incitándonos al ahorro, su panzuda anatomía, alberga las monedas que vamos rescatando y que, a lo largo de las semanas, se convierten en un pingüe capital, al menos para salvarnos de pequeños gastos pasajeros.
En esta época veraniega cuando los niños ya están de vacaciones y no tienen cole se complica un poquito más la vida de mamá. Hay unas determinadas horas al día que si pudiera multiplicarse por tres o por cuatro sería el número ideal para hacerlo todo de una manera desahogada. Por este motivo, tenemos que tratar de buscar el modo de hacer las cosas más livianas y con menos agobios.