Aunque parece que la meteorología se está resistiendo, el invierno ya empieza a dar sus últimos coletazos y ya nos va apeteciendo salir al aire libre, a disfrutar del paisaje y hacer nuestras excursiones de fin de semana a la naturaleza. Actividad ideal para toda la familia, especialmente para los niños que disfrutan tanto del entorno natural.
Pocos libros para la infancia logran captar la atención de tantos adultos que lo descubren o reencuentran en su madurez. "Platero y yo" es uno de esos relatos clásicos donde la magia de la poesía se entremezcla con la dulzura de la inocencia en un relato que se ha convertido en inmortal, traspasando el tiempo y perdurando como si toda la historia que nos cuenta siguiera estando vigente.
Uno de los juegos tradicionales que más dientes han costado a los niños de muchas generaciones es Pídola. Unas veces era por calcular mal el salto y otras porque el burro o la madre se levantaba antes de tiempo. Sin embargo, también es de los más jugados y de los que más horas de diversión y ejercicio proporcionaban.
Hace unos días hablamos de las fábulas y moralejas con las que ciertos autores, sobre todo dedicados al público infantil, pretenden invitarnos a la reflexión sobre ciertos aspectos morales y éticos. Utilizando como personajes a los animales, consiguen contarnos pequeñas historias, divertidas y amenas que, al mismo tiempo, intentan hablarnos sobre los grandes defectos del ser humano. A pesar de que estas historias se escribieron hace algo más de dos siglos, continúan vigentes como el primer día.
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