Bien es cierto que a nuestros niños debemos ofrecerles un variado menú con productos naturales, ricos en vitaminas y nutrientes esenciales para su correcto desarrollo. Así pues debemos evitar todos aquellos que, por su alto contenido calórico sólo les engorde sin aportarles ningún beneficio para la salud. Dentro de este último grupo están las golosinas y chucherías.
La despensa se nos ha quedado desierta de alimentos para el desayuno o puede ser que hoy nos apetezca una merienda dulce con la que acompañar un buen vaso de leche. No importa, de forma rapidísima vamos a cocinar un suculento bizcocho individual. Es más, resulta tan sencillo que podemos pedirle al propio niño que sea él mismo el que lo prepare, así conseguiremos tenerlo entretenido en la cocina al mismo tiempo que se prepara su desayuno o merienda al gusto.
Sin duda uno de los alimentos favoritos de los niños son aquellos que tienen un claro vínculo con el azúcar. Bizcochos, galletas o magdalenas suelen complementar sus desayunos y meriendas con gran regocijo, sin olvidarnos de los postres que, más allá de la fruta, suelen ser los reyes de las dietas infantiles.
Aunque en un principio pudiera parecer que nos estamos refiriendo a un elaborado plato cuyo ingrediente principal pudiera ser la carne, nada más lejos de la realidad. Seguro que muchas de vosotras conocéis este manjar de la repostería que es ideal para acompañarlo con un buen vaso de leche. Junto a las magdalenas o las galletas, pueden ser un a fuente de nutrición importante para los niños en la merienda y en el desayuno.
Una de las recetas favoritas para nuestros niños es el bizcocho y que, además, existen tantos como paladares puedan haber en el mundo. Poco a poco, al tradicional, se le van uniendo aquellos que nos invitan a degustar y compartir otros sabores. Bizcochos de yogur o de naranja son algunos de los que ya hemos podido comprobar su éxito entre los más pequeños.
Han sido muchas las ocasiones en las que os hemos ofrecido recetas divertidas, sencillas y llenas de colorido para amenizar una comida o merienda para los niños. Es importante, cuando se trata de los más pequeños, que la comida ofrecida no se quede incrustada en el plato de forma rutinaria y vulgar, a todos nos gusta, y mucho más a los niños, la variedad y el atractivo visual, sobre todo para aquellos que les cuesta especialmente comer.
Es a partir de los cuatro meses cuando ya podemos introducir a nuestro bebé en el refrescante y nutritivo mundo de las frutas. Los zumos y las papillas van a ser su primer contacto con otro alimento diferente a la leche que mamá le ofrece y, generalmente, suele ser aceptado de muy buen grado por la mayoría de los pequeños.
En Uno más en la familia hemos hablado en varias ocasiones de la importancia de cuidar los primeros dientes de nuestros niños. Pese a lo que se sigue creyendo las caries en los dientes de leche deben ser tenidas en cuenta y la prevención, como el cuidado si aparecen, es muy relevante. La higiene y una correcta alimentación son las mejores armas para luchar contra esta enfermedad.
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