Viajar en avión puede ser un placer o toda una tortura. Más allá del miedo a volar, nuestras predisposición a pensar en catástrofes o nuestro mayor o menor gusto por permanecer enclaustrados durante un buen periodo de tiempo, están las compañías que te toquen alrededor. Ese señor que no para de moverse, el otro que ronca o aquellos niños que lloran sin cesar durante todo el trayecto, como una insistente alarma que quisiera destrozarnos los tímpanos de por vida.
Parece que la demanda de alejar a los niños cada vez se está extendiendo más. Si ya conocemos aquellos hoteles en los que no se permite la entrada a los niños o restaurantes solo aptos para adultos, ahora se ha sumado la línea de vuelos Air Asia, a esta extraña, aunque respetable iniciativa.
Todas aquellas familias que van a llevar a cabo un viaje a Disney World pueden poner en práctica estos sencillos consejos para ahorrar algunos euros y sanear la economía doméstica. En primer lugar, es positivo madrugar ya que de esta forma, a primera hora de la mañana resulta más fácil poder aparcar. Pero además, al haber menos gente, tampoco hay que esperar filas interminables para poder subirte a las atracciones.
Si estás pensando en utilizar el avión para trasladarte este verano hacia lugares exóticos, visitar a la familia o conocer nuevos rincones de nuestra geografía, y si además tienes niños, quizás te convenga saber que la compañía Iberia ha puesto en circulación una tarjeta para los más pequeños, llena de ventajas y descuentos para disfrutar en aquellos lugares que más les gusta.
Desde el 11-S volar es un ejercicio de paciencia. Los controles de seguridad son exhaustivos, lentos y en algunos casos como el de los escáneres corporales, muy controvertidos. Nadie se libra de pasarlos, incluso los peluches de los bebés, pasan por la máquina de rayos. Pero en algunas ocasiones tantas medidas de seguridad están haciendo pagar a justos por pecadores.
En un vuelo de Philippine Airlines entre Manila y San Francisco, el pasaje se amplió durante el vuelo. El motivo fue que un bebé al que le quedaban aún 5 semanas de gestación, decidió que sería interesante nacer en pleno vuelo. Y así lo hizo.
Esta historia es una de las raras que aparecen en prensa de vez en cuando. Según una pasajera de la aerolínea Virgin Blue, especialista en vuelos económicos, en un vuelo de Fiji a Sidney, una azafata puso a su bebé en el compartimento de equipaje de mano, el que hay sobre los asientos. La compañía aérea ha despedido a la azafata y reconoce que sucedió así, pero dicen que el padre jugaba al escondite con el niño, cuando la azafata se unió al juego. Y que ellos ya habían incluído el compartimento como uno de sus escondites.
Tal y como está el panorama económico en la actualidad, es más que alentador, incluso sorprendente, que algo se ofrezca gratuitamente. Vivimos inmersos en una sociedad de consumo exagerada en la que, más allá de la propia necesidad vital, nos invade el impulso por comprar, gastar o conseguir todo aquello, ya sea posible o no, que nos muestran como esencial para nuestra vida. Por eso, en épocas de escasez monetaria, las empresas deben buscarse sus trucos para que no decaiga el consumo.