
Que nuestros niños estén bien alimentados es fundamental para que tengan un buen desarrollo. Un cuerpo sano y lleno de energía les va asegurar una mejor salud en su futuro. Pero estar bien alimentados no solo repercute a su organismo físico, también su salud mental y emocional se ve afectada por los nutrientes que le ofrezcamos.
El periodo del embarazo es uno de los más hermosos que puede vivir una mujer. Saber que dentro de su organismo se está gestando un ser humano, notar como va creciendo poco a poco y sentir sus latidos, es una de esas experiencias inolvidables que nos hacen sentir más conectadas con la naturaleza y su propia esencia. Sin embargo, y vamos a ser sinceras, no siempre es así. Los cambios que se producen durante estos nueve meses, son tan importantes y relevantes, que no siempre se manifiestan de forma positiva, o tan idílica como pudiera parecer.
Conocemos como enuresis a la incapacidad de los niños para controlar su pis durante el sueño nocturno. Si bien puede resultar un circunstancia pasajera, en algunos casos se prolonga hasta bien entrada la juventud. Aunque no se trata una patología en sí misma, si puede desencadenar en algún que otro problema mayor o ser indicio de alguna enfermedad solapada.
Fomentar la autoestima en nuestros niños es fundamental para que se desarrollen de una forma sana. Sentirse feliz con uno mismo es, al mismo tiempo, sentirse aceptado, valorado y querido por la sociedad que le rodea, lo que le convierte en una persona equilibrada, capaz de generar buenas energías allá donde vaya.
La conformación de la autoestima y la imagen que nuestros niños tienen de sí mismos, se va elaborando a partir de las respuestas que obtenemos del mundo que nos rodea. Si un niño crece con una continua autocrítica, en el entorno familiar, va a ir creyendo que es un inútil y que no sirve para nada. Pero estos estímulos negativos, también vienen del exterior, especialmente de la escuela y sus compañeros de colegio, aquellos con los que, no siempre para bien, pasa gran parte de tu tiempo diario.
Es muy importante que le brindemos a nuestros hijos la seguridad necesaria para construir una sana autoestima. Un punto clave para ello es brindarles frases o mensajes positivos. En ocasiones no bastará solo con decirlas, puedes animarte a dejarlas anotadas en distintas partes de tu casa.
Desde el mismo momento en el que nacemos, los seres humanos vamos recibiendo mensajes continuos sobre todo aquello que nos rodea. Por ello, nuestra personalidad se irá conformando con referencia a los estímulos que vayamos recibiendo a lo largo de nuestra vida. Si bien todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, e intentamos darles una educación equilibrada y dentro de las pautas que marca nuestra cultura, no podemos obviar que gran parte de todas esas influencias también nos llegan desde el exterior, allá donde los progenitores no podemos llegar.
El problema de la autoestima se da cada vez en edades más tempranos. Los niños observan su cuerpo de una forma crítica y nada favorecedora. La presión social, los estereotipos que nos marcan las modas o el ejemplo que nos ofrecen los personajes públicos, son impedimentos fatales para que nuestros niños aprendan a respetar su cuerpo sean cuales sean sus medidas y capacidades.
El mundo de la literatura infantil esconde grandes claves para solucionar ciertos "problemillas" que se van presentando a lo largo de la infancia, los mismos que, de no solucionarlos, pueden prolongarse a lo largo de toda la vida. En la mayoría de los casos son gestos cotidianos, sentimientos perdidos o emociones que no sabemos canalizar en su justa medida. Aunque, visto así, podría parecer una de esas gestas insalvables, todo resulta mucho más fácil si un personaje de cuento nos lo explica con su lenguaje más natural.