Ayer se conmemoró el Día Internacional del Asma. En este sitio ya hemos hablado del tema en diferentes ocasiones y desde distintos puntos de vista. En esta ocasión nos referiremos a un estudio llevado a cabo en España que toca un tema del que tendríamos que tomar conciencia lo antes posible.
Una radiografía o un número limitado de ellas no tiene ningún efecto perjudicial para la salud y es un método diagnóstico eficaz. Pero un número excesivo puede provocar una alteración celular y lesiones a largo plazo. En los niños el control debe ser aún mayor y deben estar restringidas a las absolutamente necesarias. No está de más contarle al médico las que lleva un pequeño antes de realizarle una nueva, para que valore si es o no imprescindible otra dosis de radiación.
El día después de uno de fuerte contaminación del aire, la capacidad pulmonar de los niños se ve mermada. Es la conclusión de un estudio realizado en la Universidad Nacional de Taiwan. Los autores tomaron datos de 100 niños en edad escolar, una vez al mes durante un curso. Entre ellos había pequeños con con asma o rinitis alérgica y otros sin ninguna de estas afecciones. Además tomaron datos de los contaminantes del aire, esporas de hongos, ozono y partículas de tamaño inferior a 2.5 micrones, que suelen proceder de la quema de combustible.
Según el Estudio sobre el Asma en los Centros Escolares Españoles (EACEE) 2009-2010 presentado por la Fundación María José Jové y de la Fundación BBVA, en colaboración con la Sociedad Española de Neumología Pediátrica, sólo un 7 por ciento de los profesores en España, sabe reconocer correctamente los síntomas del asma. Esta enfermedad es la más frecuente en niños, padeciéndola uno de cada diez. El estudio se realizó encuestando a 4.679 docentes de 208 centros educativos españoles.
Comer en familia tiene muchas ventajas para los peques. Por un lado el obvio de compartir un rato con los padres, pero también se sabe que mejora su dieta y con ello limita sus posibilidades de sufrir obesidad. Parece que compartir mesa con los padres también ayuda a controlar mejor los síntomas del asma de los niños.
No es infrecuente que aquellos bebés que nacen prematuramente desarrollen una enfermedad pulmonar conocida como displasia broncopulmonar (DBP). Este problema respiratorio se produce en aquellos recién nacidos que, naciendo antes de la semana 37, necesitan una prolongada ventilación o terapia de oxígeno debido a la inmadurez de su aparato respiratorio.
Los trastornos de este tipo pueden verse en niños que tienen sentimiento de abandono (no necesariamente tiene que ser un abandono físico, es normal este sentimiento con la llegada de un hermanito). Al no poder poner en palabras el sentimiento que necesitan lo expresan por medio de su cuerpo, teniendo de esa manera la atención necesaria.
El asma es una afección relativamente frecuente en niños. Sus consecuencias en el rendimiento escolar apenas están estudiadas pero parece que las tiene. Una investigación de la Universidad de Canterbury, en Nueva Zelanda, ha relacionado este trastorno con el retraso en el desarrollo de la lectura.
Parece que la influencia de la madre en el niño llega incluso a su salud, y no nos referimos a la dieta que le de o que vigile que duerma las horas suficientes. Las emociones de mamá y el tipo de actitud frente a la maternidad pueden empeorar el asma de sus hijos. Así se desprende de un estudio publicado en la revista BioPsychoSocial Medicine por el equipo de Jun Nagano del Institute of Health Science de Japón.