La maternidad no puede dejarse para el final
Uno de los mayores impedimentos para lograr la igualdad entre hombres y mujeres es la propia naturaleza del cuerpo humano. El hombre puede esperar el tiempo que quiera para tener hijos, la mujer no. Los espermatozoides nacen nuevos cada día, con el mismo vigor que la primera vez. Los óvulos sin embargo, se forman en el útero de la madre, se nace con ellos y empiezan a envejecer con su portadora en ese mismo momento. A los 35 años una mujer es muy joven pero su sistema reproductivo no.