Semana Santa este año será en abril, del uno al cuatro y en algunas comunidades del dos al cinco. Queda mes y medio por lo que es un buen momento para planearla y reservar. Un destino perfecto para viajar con niños pequeños es Lanzarote la isla diferente. No es la primera vez que hablamos de las Canarias como un destino ideal para los peques, ya lo hicimos con la isla de La Palma.
Lo hemos dicho varias veces, al referirnos a Málaga, por ejemplo, estamos en temporada baja turística y los precios merecen la pena. Con un niño pequeño es más fácil viajar que cuando crecen un poquito y no paran quietos. Además tenemos más libertad de fechas porque aún no van al cole. Podemos aprovechar que hay vuelos baratos a Santander para disfrutar un par de días de esta cosmopolita ciudad.
Toda fiesta infantil que se precie necesita de una buena colección de globos. De colores, más grandes, más pequeños, con dibujos, con sorpresas en el interior, colgados de las paredes o pendiendo de un hilo, los globos son tan importantes, casi, como las propias velas para la tarta de cumpleaños, es por eso que a los niños, sobre todo a los más pequeños, tanto les llama la atención y suelen ser el objeto fetiche de cualquier celebración.
Los zoológicos ofrecen dos cosas importantes para los niños, la posibilidad de ver animales que sólo conocen por fotografías y pasar un día disfrutando al aire libre. Si además elegimos un zoo moderno, en el que los animales viven en zonas en las que pueden moverse y con sus habitats bien reproducidos, la visita merecerá más la pena.
Los dos primeros meses del año junto con noviembre son los más económicos para viajar porque son los que tienen menos demanda. Cuando tenemos niños pequeños sin obligaciones escolares, podemos aprovechar la temporada baja para descubrir nuevas zonas de nuestra geografía. Hoy os proponemos una visita a Málaga.
Tal y como se encuentra en los últimos tiempos nuestro maltrecho planeta es importante que todos pongamos nuestro granito de arena para intentar salvarlo con toda urgencia. Esperar que desde los gobiernos o las grandes instituciones cumplan con su justo cometido es, casi siempre, una utopía que acaba por desmoralizar al ciudadano de pie. Por eso lo mejor, como casi todo en la vida, es empezar a tomar parte activa para el mimo y cuidado de nuestro propio entorno natural.
Ayer hablabamos de terapia con delfines y hoy de algo similar pero en tierra, la equinoterapia. Es una técnica que utiliza al caballo como instrumento terapéutico. Consiste en aprovechar los movimientos del caballo para estimular los músculos y articulaciones. El contacto con estos animales mejora facetas terapeúticas a nivel cognitivo, comunicativo y de personalidad.
Uno de los lugares más divertidos donde podemos ir con nuestros niños es al Zoo. Allí nos encontramos con el asombro y la sorpresa que le producen ver ciertas especies animales, además de que podemos disfrutar, de una forma sana y segura, de un tiempo al aire libre donde nuestros más pequeño empezarán a conocer el mundo que le rodea.
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