Los profesionales médicos ya llevan tiempo advirtiéndonos que cada vez son más los niños que padecen alergias. Es cierto que por la contaminación, la exposición temprana a nuevos alimentos o, incluso, el exceso de limpieza, hace que los niños no desarrollen su sistema inmunológico como debiera y de ahí que cada sean más los que padezcan alergias de cualquier tipo.
No es excesivamente extraño que los bebés presenten algún tipo de alergia alimentaria a lo largo de su desarrollo, por eso el pediatra es el que nos va marcando las pautas para detectar cualquier problema en la alimentación del pequeño, así como para dar tiempo a que su organismo se vaya adaptando a los nuevos nutrientes. Si bien existen intolerancias de muy variado tipo, las que más extendidas parecen estar es el rechazo a la leche de vaca y al huevo.
En las últimas décadas los niños que padecen alergias alimentarias se han disparado de forma considerable, tanto es así que según los pediatras la cifra estaría entre el 2 y el 5 por ciento el total de pequeños que padecen este tipo de patologías que van, directamente, enlazadas con el consumo de alimentos.
Según los expertos en alergia pediátrica e inmunología, el caso de niños alérgicos se ha visto incrementado considerablemente en los últimos años y, especialmente, en el mundo occidental. Esto les lleva a pensar que puede existir una implicación directa entre el exceso en la limpieza y ese ambiente totalmente aséptico en el que hacemos crecer a nuestros hijos.
Hace unos días hablábamos de la alergia primaveral en las embarazadas y lo complicado que resulta sobrellevarla sin poder tomar ninguna medicación para combatirla. Entre los consejos que nos dan los especialistas está el de controlar la alimentación, un menú variado y rico en nutrientes va a ayudarnos a frenar los síntomas ya que vamos a crear una barrera en la que el ataque va a ser menos severo.
Es normal que durante los meses primaverales, especialmente aquellos años en los que el invierno ha sido generoso con el agua y la floración está en todo su esplendor, que se produzca la tan temida y molesta alergia primaveral. Aunque su único peligro es la tremenda molestia de encontrarse estornudando, con mucosidad constante o con los ojos, oídos o nariz irritados, existen en el mercado medicamentos que pueden aliviar estos síntomas, algo que tratándose de las embarazadas quedan totalmente anulados, al menos durante el primer trimestre.
Si notas que en tu familia aumentaron las alergias a los alimentos una de las causas podrían ser los plaguicidas del agua del grifo. Un químico que se usa en pesticidas y también para clorar el agua tiene incidencia en las alergias alimentarias, tan frecuentes en nuestros pequeños.
Muchos colegios a los que asisten niños alérgicos no son del todo seguros para la salud. Se estima que dos de cada tres establecimientos educativos cuentan por lo menos con un pequeño que puede llegar a sufrir anafilaxia. No podemos olvidar que las alergias son muy frecuentes, involucrando a una cuarta parte de los pequeños en edad escolar (dentro del territorio europeo).
Recientemente se ha realizado un estudio en el Karolinska Institutet de Suecia, donde se ha comprobado que los bebés que no padecen estrés durante sus primeros meses de vida, están más protegidos frente al desarrollo de posteriores alergias. Y esto es, según los investigadores, debido a que presentan bajas concentraciones de cortisol, la hormona que se detecta en la saliva y que es segregada, en cantidades importantes, cuando estamos sometidos a situaciones intensas de estrés.
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