Nanas y canciones del África negra
De vez en cuando llegan a nuestras manos pequeñas joyas con las que disfrutar abiertamente, dignos regalos que nos ofrece la vida y que nos ayudan a abrir nuestros sentidos más allá del, a menudo, hermetismo de nuestro corazón. Prolongar nuestro amor de madre hacia aquellos lugares que, aunque nos parecen remotos comparten el mismo sentimiento, es una forma de entrar en comunión con todos los seres humanos que, estemos donde estemos, nos sentimos arropados por un único latido maternal.