Turismo sin niños, algo estamos haciendo mal
No hace mucho empezaron a surgir servicios turísticos en los que los niños están vetados. Hoteles, restaurantes e incluso alguna compañía aérea decidieron dirigirse en exclusiva a un público adulto. No ofrecen nada que los niños no puedan ver o experimentar, su atractivo, para quienes los eligen, es precisamente la ausencia de menores. Suelen ser servicios de calidad superior generalmente enfocados a parejas, con propuestas románticas. Pero eso también se puede encontrar en otros proveedores que admiten niños.