Su primer pupitre

Los niños no solo disfrutan corriendo y saltando, hay actividades más tranquilas ideales para el invierno que se acerca. Un pupitre es un fantástico recurso para conseguir que el pequeño esté concentrado un rato. Una mesa y una silla de su tamaño o una trona con una bandeja amplia sirven al mismo objetivo. Aunque al principio le costará estar sentado, con el tiempo se convertirá en uno de sus rincones favoritos.

Antes de decidirte por uno u otro modelo, de los muchos que hay, comprueba si es fácil de limpiar, si tiene algún sistema de almacenaje y si se puede plegar o redistribuir cuando el niño no lo utilice. Observa también que sea indicado para la edad de tu pequeño y la resistencia y calidad del material. Los de madera suelen ser más bonitos, pero el plástico es muy fácil de limpiar con un paño húmedo.

Una de las primeras cosas que aprenden los niños es el posesivo, así que estará encantado de tener su propia mesa. Procura ubicarla integrándola con vuestro espacio, cuando son pequeños les gusta tenernos a la vista y es importante es que no lo vea como un rincón aislado o como un castigo. Al principio tendrás que dedicar un tiempo a sentarte con él, para que vea todas las posibilidades que tiene su nuevo espacio. Facilítale papel y pinturas, puzzles o plastilina y enséñale con paciencia que ese es el lugar adecuado para jugar con esas cosas, te evitarás alguna pintada en el sofá o la pared.

En muy poco tiempo será tu niño el que pida sentarse en su mesita y tardará mucho tiempo en cansarse de ella. Desde mi punto de vista es una de las mejores inversiones en mobiliario para los pequeños. Por un lado es una gran ayuda para estimular la motricidad fina del bebé y por otro, te ayuda a tener un poco de orden en casa. En general son adecuados a partir de los dos añitos, que es cuando comienzan a pintar.

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Foto | Bebeando

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