Soy Padre: Una noche sin dormir
Dicen que, cuando se tiene un hijo, se acaba el dormir a pierna suelta. Una leyenda urbana que se repite en más de una ocasión. Incluso hace pocas horas he visto un anuncio que hablaba sobre ello. Sí, a mi también me lo advertían meses antes de nacer el bebé. Es cierto que durante las primeras semanas de vida es necesario darle el biberón cada pocas horas. Pero no todo es negro, por lo que no puedo decir que me haya quedado sin dormir.
No os creáis las voces que os digan que no vais a dormir. Puede que tengáis interrupciones del sueño cuando al niño le suceda algo, aunque no es necesario llevar la cosa a mayores. En nuestro caso, el bebé suele dormir de una vez, sin despertarse ni llorar. Mantiene un ritmo ciertamente bueno. He mencionado la palabra «suele» porque existen días en los que, evidentemente, se despierta de madrugada. En esos momentos, nuestra obligación es la de atender sus necesidades y ayudarle a que vuelva a dormir. Ya sabéis que el descanso es muy importante. Nosotros, al menos, nos lo tomamos muy en serio.
Qué hacer cuando el niño se despierta de madrugada
Durante el día de ayer, nuestro niño se despertó de madrugada. Varias veces. En un principio desconocíamos lo que le sucedía, aunque al final pudimos constatar que le gustaba comer y, después, jugar con la tetina. Lo más curioso es que todo esto lo hacía dormido. Nuestra sorpresa fue rotunda.
El hecho de que los niños se despierten de madrugada es algo que puede llegar a poner bastante nerviosos a los padres. Sin embargo, los nervios no es algo que debáis tener en cuenta. No en vano, si el bebé se despierta será por algo. Bastará con, como ya he dicho, suplir sus necesidades y, si es necesario, ayudarle a que se duerma. Eso sí, en ocasiones será imprescindible tener mucha paciencia. No faltarán los días en los que quiera jugar de madrugada, reírse, e incluso dar rienda suelta a sus caprichos.
Tampoco olvidéis que la educación se le debe impartir desde pequeño, lo que significa que el niño deberá conocer, poco a poco, que el descanso es muy importante y, sobre todo, que no siempre se puede hacer siempre lo que él quiere.
Poco a poco, el sueño se estabiliza
Unas semanas después del nacimiento de nuestro bebé, una chica nos afirmó la siguiente frase: «los primeros meses son los peores«. La verdad es que tenía razón. Los niños de poca edad son más vulnerables, hay que estar más pendiente de ellos y, lo que es importante, deberemos conseguir que cubran una serie de necesidades.
Las interrupciones en su sueño (y en los nuestros) suelen ser habituales durante las primeras semanas. Después, el hecho de dormir se estabiliza y todos lo conseguiréis a la primera. En todo caso, no descartéis levantaros de madrugada en más de una ocasión. Armaos de paciencia y amor. Poco a poco comprenderéis que lo que hacéis no es un deber, sino la labor de cualquier padre o madre.
No os molestéis porque tengáis que levantaros en mitad de la noche a cambiar un pañal, hacer un biberón o a consolar al niño. Tened en cuenta que le estáis ayudando en una de las etapas más vulnerables de su vida. Como yo digo siempre, el bebé os recompensará con lo más bonito que tiene: su sonrisa.
Fotos | Wikimedia Commons – Steve Evans | FlickR – peasap | FlickR – Minoru Nitta
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