Soy Padre: Malos humos
No es la primera vez que nos ocurre que, cuando vamos por la calle con el niño, encontramos a alguien fumando que no duda en esparcir el humo alrededor. Una actitud que no nos parece del todo correcta, teniendo en cuenta que hay personas cerca, las cuales se pueden ver perjudicadas. Llegamos a un debate que todavía sigue generando todo tipo de dudas, preguntas, disputas e incluso enfados. ¿Es el humo del tabaco perjudicial para los niños? Definitivamente, sí.
Es obvio que el humo del tabaco tiene una serie de componentes especialmente perjudiciales tanto para los niños como para los bebés. Sin embargo, lo más llamativo de todo es que mucha gente hace caso omiso a las advertencias, provocando un daño en ocasiones extremo, tanto para la salud presente como para la futura. Los recién nacidos tienen un aparato respiratorio y sistema inmunológico en proceso de maduración, es decir, en desarrollo, por lo que los componentes dañinos que se transportan con el humo del tabaco no pueden ser contrarrestados. Por otra parte, el número de veces que respiran es mayor, por lo que inhalan más humo.
Los problemas que se ocasionan son bastante llamativos: riesgos mayores de tener síndrome de muerte súbita, otitis, crisis asmáticas, infecciones respiratorias, irritaciones en las mucosas y, por supuesto, derivado de todo, una mayor cantidad de ingresos hospitalarios. De hecho, los problemas respiratorios provocan una gran cantidad de problemas. Es normal que la gente se enfade cuando hay un fumador cerca.
Protegiendo a los niños del humo
¿Cómo podemos proteger a los niños del humo del tabaco? Simplemente, siendo asiduos a lugares en los que no esté su presencia. Siempre es buena recomendación visitar sitios en los que el aire sea puro, algo que agradecerá vuestro niño (y sus pulmones). No hace falta enfadarse, simplemente se puede avisar a los fumadores de la presencia de niños en los diferentes lugares. Aunque ya os decimos que las múltiples leyes activadas han facilitado la presencia de más lugares con «buenos humos».
No hace falta decir que siempre voy buscando los lugares con menos presencia de humo. Tanto del tabaco como de otros tipos (polución, por ejemplo). Evidentemente, aunque no me enfado cuando veo a un fumador cerca del niño, sí que intento esquivarlo para que no le afecte al retoño. Su salud lo agradecerá. Y su desarrollo, más de lo mismo, tanto a corto como a largo plazo.
Vía | KidsHealth
Fotos | Pixabay – Pezibear | Pixabay – brayangarcia950
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