Soy Padre: Llevando al niño en el coche

Soy Padre: Llevando al niño en el coche

Escrito por: Jaime Gomez    31 enero 2016    3 minutos

Pronto, el niño tendrá que realizar viajes en coche, por lo que adquirir una sillita ha sido obligatorio. Ya sabéis que este tipo de accesorios son imprescindibles por ley. Reconozco que la primera vez que tuve conocimiento de esta obligatoriedad me entró algo de miedo: ¿y si la ponía mal? ¿iba a saber colocar las sujeciones? ¿estaría conforme a la legislación vigente? No os preocupéis, todo es más sencillo de lo que parece.

Soy un poquito inexperto en este tipo de temas, por lo que me vi obligado a dar pequeños pasos. El primero fue, evidentemente, acudir a un centro comercial para adquirir la sillita. Existen de todos los tipos, tamaños y colores, organizadas por grados. No me quería complicar en exceso, sino hacer las cosas de la manera correcta: me fijé directamente en el peso que soportan los accesorios. Este dato debe estar adaptado a las características de vuestro bebé. En mi caso, la adquirí a partir de 10 kilogramos. Suficiente para un niño de más de un año.

Después de adquirir la sillita (la cual parece un sillón, más que otra cosa), me dispuse a colocarla en el coche. Todo muy fácil: la misma dispone de una plataforma inferior con sus correspondientes sujeciones, la cual se ajusta al propio asiento del coche. Además, el niño puede ir atado para que le sea imposible saltar o «escapar». La tarea no fue especialmente complicada, la verdad. Además, tuve a mi disposición las instrucciones necesarias. Avisar de que este aspecto puede ser muy diferente entre un accesorio y otro. Lo que incluye una silla puede estar no incluida en otra, y viceversa.

Ahora sí, viajando

Soy Padre: Llevando al niño en el coche

Es necesario que reconozca que soy completamente inexperto en este tipo de temas. Incluso después de haber colocado varias sillitas en diferentes coches. Todas ellas son diferentes, con sujeciones que no tienen por qué coincidir. Yo me fijo directamente en las instrucciones. Se trata de un aspecto en el que intento arriesgar lo menos posible.

Sabed que, en cuanto a tipos de sillas, existen varios grados, según el peso y la estatura del crío. Yo presto atención sobre todo a lo primero. Con solo saber el dato será suficiente para adquirir el grado correcto y que mejor se adapte a su cuerpo.

En cuanto a los viajes, recomendar que siempre vaya un adulto junto al niño para controlar la situación de este. Por ejemplo, si necesita un biberón, se le cae el chupete o simplemente se pone a llorar podréis atenderlo de una mejor manera. Además, así evitaréis peligros.

Por último, no puedo olvidar mencionar que todas las sillitas deben estar homologadas siguiendo la legislación vigente. Por lo general, estas mostrarán una etiqueta confirmándolo. Si no es así, no os fiéis. Ya sabéis que no contar con una silla que tenga las medidas de seguridad suficientes puede conllevar multas, además de la falta de seguridad correspondiente hacia el propio niño.

Complicado, pero fácil

Soy Padre: Llevando al niño en el coche

Comprar la primera sillita para el niño ha sido, en mi opinión, algo complicado. Más que nada porque apenas conocía las leyes a seguir, los grados, etc. Menos mal que me he fijado en que cada uno de estos últimos está adaptado a un determinado peso. Un concepto que os aconsejo seguir para que no haya errores.

Por mi parte, tendré que seguir aprendiendo sobre sillas para niños. Sobre todo porque el nuestro está creciendo y pronto hará falta que le cambiemos la que hemos comprado recientemente. Menos mal que llevan instrucciones. De todas formas, un pequeño curso no me vendría mal.

Fotos | Pixabay – PublicDomainPictures | Wikimedia Commons – Pieter Kuiper | Pixabay – rhonda_jenkins

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