Soy Padre: Sobre el instinto paternal

Soy Padre: Sobre el instinto paternal

Escrito por: Jaime Gomez    28 febrero 2016     4 minutos

Antes de que naciera el niño tenía un miedo personal que me ha puesto los pelos como escarpias en más de una ocasión: ¿iba yo, futuro padre primerizo, a dar la talla? Llamémosle inseguridad o indecisión, lo cierto es que pensé esto en muchas ocasiones. De hecho, han sido varias las veces en las que he conversado con mi pareja sobre el llamado instinto maternal, creyendo que, al no existir el paternal, los hombres tenemos menos probabilidades de tener éxito al cuidado del niño. Bueno, o eso creía yo. El tiempo y la experiencia me han quitado la razón.

Mis principales dudas estaban en que creía que no iba a moverme cuando fuera necesario, en que no conseguiría despertarme cuando el niño llorara, o que incluso no sabría cómo tratar con él, teniendo miedo del daño que pudiera hacerle. Todo cambió desde el mismo momento del nacimiento. Dicen que tener un hijo le cambia a uno la vida por completo. Eso mismo me ha pasado.

Si hay que despertarse para darle de comer, ahí estoy en primera fila. Si tengo que hacer el idiota y ponerme a saltar en medio de la calle para que se calme, yo seré el primero. Y, en definitiva, me comporto de una manera distinta a cuando no estaba presente. De hecho, a veces pienso (no sin un cierto miedo) que algo ha cambiado dentro de mí. Incluso me he tenido que poner a leer si había algo de cierto en el conocido instinto paternal.

Instinto paternal, una realidad a estudio

Soy Padre: Sobre el instinto paternal

Buscando en libros y en la red me he dado cuenta de que, cuando se tiene un hijo, el cuerpo del hombre cambia de diferentes formas. Aunque las mujeres tengan modificaciones en mayor medida (no hay duda), los hombres también nos vemos afectados. Pongámonos en materia.

Echemos mano de los ejemplos. Primero, remitámonos a la conocida revista Nature, en la que se publicaban, en 2012, los resultados de un estudio que demostraba que los padres podían reconocer, de la misma forma que las madres, los lloros de sus hijos. Aunque hubiera más críos de por medio.

Hablando de cuerpos, también tengo que mencionar otro estudio que aclaraba que, cuando el niño nace, la producción de testosterona en los hombres se hace más lenta, lo que significa cambios llamativos en el cuerpo. Esta investigación, realizada en Estados Unidos y Filipinas, comprobaba las reacciones de los cuerpos de un total de 624 hombres: los resultados fueron llamativos, ya que los niveles de testosterona se modificaban poco tiempo antes del nacimiento de los niños. Incluso bajaba el apetito sexual.

Algo hay, al poderse comprobar a lo largo de los años que los hombre se ven modificados a sí mismos ante la llegada de un bebé. ¿Significa esto que la existencia del instinto paternal está demostrada?

Mi experiencia personal

Soy Padre: Sobre el instinto paternal

Saliendo de los estudios, los cuales nos permiten comprobar que el instinto paternal existe en cierta manera, sí que tengo que relatar mis experiencias personales después del nacimiento del niño. Es evidente que el retoño ha ganado mucha importancia en mi vida, a todos los niveles. Pero es que, también, mi cuerpo se ha adaptado para estar alerta en todo tipo de situaciones.

Si le sucede algo o creo que puede suceder, por pequeño que sea, todos mis nervios se ponen en alerta y se preparan para actuar en cualquier situación. No quiero decir que esté «sufriendo» el rumoreado instinto paternal, pero está claro que ahora me tomo la vida de otra manera. Por cierto, decir que mis sentimientos también se han modificado por completo. Lo resumo en pocas palabras: no puedo ver una fotografía, un vídeo, o alguna situación en la que un niño sea tratado de mala forma o de manera injusta. Parece que me veo atacado al ver que no puedo hacer nada.

Repito que no sé si será instinto paternal, simples cambios, o la decisión de mi cuerpo y mis sentimientos de convertirme en una persona nueva. Las modificaciones están ahí. Y han llegado para quedarse. Lo que desconozco es si habrá más…

Vía | Nature | PNAS
Fotos | Pixabay – melindarmacaronikidcom | FlickR – fruity monkey | tookapic – Alicja


un comentario

  1. Bin Ban Banda dice:

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