Síndrome de la silla vacía en Navidad: cómo aliviar la tristeza
Cada Navidad trae unas circunstancias diferentes. La aparente imposición de la alegría como el estado permanente durante las fiestas resulta agotadora en sí misma y produce el efecto opuesto. Pero, además, existen personas que están atravesando el duelo por la muerte de un ser querido. Y, en ese caso, la Navidad puede intensificar la nostalgia. Tener niños y desear que tengan unas felices fiestas no es incompatible con el derecho de sentir esta tristeza y de poder vivirla.
Qué es el síndrome de la silla vacía en Navidad
Este síndrome puede visualizarse en la imagen de una mesa de Navidad en la que falta una persona especial. Y, por tanto, ese hueco queda vacío. A todo ello se suma, además, la cantidad de información navideña que recibe el protagonista. Es decir, los estímulos del entorno le recuerdan el tiempo en el que se encuentra y la ausencia de esa persona a la que tanto echa de menos.
Es cierto que la ausencia de un ser querido también está presente antes de la Navidad, pero estos días rompen con la rutina. Y traen recuerdos de años previos que suponen la imposibilidad de detener el tiempo o de viajar al pasado.
Cómo aliviar la tristeza por el síndrome de la silla vacía en Navidad
En la medida de lo posible, intenta planificar los aspectos principales de la Navidad con días de anticipación para visualizar el guion de estas fechas. A veces, en esta circunstancia, algunas familias desean hacer algún cambio respecto a la rutina habitual de las fiestas en años previos. Por ejemplo, algunas familias deciden hacer un viaje o comer el día de Navidad en un restaurante (o en casa de otro familiar). El propio entorno está muy vinculado a los recuerdos, por ello, un cambio de escenario también puede incrementar el bienestar.
No se trata de ignorar el sentimiento propio pero tampoco es conveniente permanecer estancado en el pensamiento que alimenta la propia nostalgia. La compañía de los niños en esta época del año aporta un significado propio a la Navidad. Y es que, en un mismo hogar, se desarrollan relatos diferentes y complementarios. Es la propia historia de la vida. Ausencias que conviven, al mismo tiempo, con la ilusión de los niños. Dicho pasado tiene espacio en la Navidad y el recuerdo es una manifestación del ayer. Pero también es muy importante conectar con el presente. Por ejemplo, a través de planes compartidos con los niños.
Así como durante estas fechas puedes enviar con los niños felicitaciones de Navidad a seres queridos y amigos a través del correo postal, personalizando estas cartas con palabras dirigidas a cada destinatario, la escritura también es terapéutica para aliviar la tristeza en Navidad. Por ejemplo, tal vez te gustaría escribir en tu diario algunas palabras sobre este tema.
¿Cómo aliviar la tristeza en Navidad?
Date el permiso de sentir la tristeza, aunque sea Navidad. Intenta acompañarte y comprenderte como lo harías con un buen amigo que está sintiendo el vacío por el fallecimiento de un ser querido. Educar a los niños en Navidad también significa formar en la inteligencia emocional de unas fiestas en las que la nostalgia también tiene sentido.
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