Síndrome del nido en el embarazo u obsesión por la limpieza
Son muchas las embarazadas que al mismo tiempo que se acerca la fecha del parto, también le entran unos deseos irrefrenables por limpiar la casa, ordenar e, incluso, cambiar la decoración. Es lo que se conoce como «Síndrome del Nido», y no es una costumbre sólo de los seres humanos, también las hembras de algunas especies animales se sienten nerviosas buscando el lugar ideal para tener a su cría. Lo ordenan, lo preparan con todo mimo y cuidado con el fin de ofrecer un lugar seguro a su bebé. Es nuestro propio instinto de supervivencia.
El Síndrome del Nido varía según cada mujer, pero suele ser alrededor del quinto mes cuando ya se empieza a notar cierta euforia que le empuja a tenerlo todo preparado y en orden. También la intensidad suele variar, para algunas es suficiente con una limpieza más o menos profunda o la preparación del cuarto para el bebé con más o menos detalles, pero para otras se convierte en una obsesión tan grande que, incluso, les puede dar hasta por ordenar la despensa, por ejemplo, por orden alfabético.
Pero ¿cuáles son las características más comunes en aquellas mujeres que están pasando por este estado? La habitación del bebé es uno de los lugares en los que pasará más tiempo a lo largo de estos últimos meses, la pintará, repintará, colocará cuadros, cambiará los muebles de sitio mil veces, colocará la ropa del bebé en los cajones y la cambiará a menudo, la plegará al día varias veces y limpiará cada palmo del cuarto con auténtica obsesión. De igual modo hará con el resto de la casa.
Otras actividades pueden ser enseñarse a hacer cosas que antes le eran indiferentes, como tejer ropita para el bebé o hacer manualidades para su habitación. Interesante es, también, especialmente a final del embarazo, la cantidad de veces que ordena la bolsa que debe llevar al hospital.
Pero aunque se trata de una sensación totalmente natural, debemos llevar cuidado con según que tareas para evitar accidentes innecesarios. No es bueno que sea la embarazada la que pinte las paredes ya que algunas de estas pinturas son tóxicas. Subirse a las escaleras para limpiar lámparas o altillos nos pueden traer algún susto. Y, sobre todo, no estresarse con las tareas domésticas.
Vía | La opinión
Foto | Mis regalitos