Síndrome del impostor: ¿Cuál es su conexión con la infancia?

Síndrome del impostor: ¿Cuál es su conexión con la infancia?

Escrito por: Maite Nicuesa    22 abril 2024    3 minutos

¿Cómo influyen las experiencias vividas en la infancia en el posible desarrollo potencial del síndrome del impostor?

Actualmente, el término síndrome del impostor es un concepto que ya está más integrado en la sociedad. Por ello, pueden conocerlo incluso quienes no tienen un dominio más especializado de conceptos vinculados con la psicología. El síndrome del impostor puede convertirse en un freno en la vida profesional de quien convive con la sensación habitual de no estar a la altura de los desafíos que tiene por delante.

Es decir, no se siente capaz o lo suficientemente cualificado cuando se compara con otros profesionales de su entorno. Más allá de su capacidad, talento y cualidades positivas, suele observarse a sí mismo en términos de limitaciones y carencias. Y, en consecuencia, se siente como si sus debilidades pudiesen quedar a la vista de los demás en cualquier momento. Quien padece el síndrome del impostor que, por otra parte, puede darse en diferentes grados, no celebra verdaderamente los éxitos alcanzados porque llega a creer que no los merece. Atribuye el éxito a otras variables como la suerte o la casualidad.

El síndrome del impostor conecta con experiencias vividas en la infancia

El síndrome del impostor y el sufrimiento que genera suelen identificarse más en la etapa adulta. Es decir, sus síntomas se perciben con más claridad en una etapa en la que el adulto debe asumir su responsabilidad en el cumplimiento de las funciones, competencias y tareas que acompañan a su profesión. A su vez, desarrolla su labor en un entorno incierto, competitivo y cambiante.

Sin embargo, la huella del síndrome del impostor puede llegar a tener sus primeras raíces en la infancia o la adolescencia por medio de experiencias que conectan con otras vivencias más recientes. Por ejemplo, los resultados académicos positivos no se convierten en sinónimo de una alta autoestima de forma directa. Algunos niños conviven con la inseguridad que, por otra parte, acompaña a aquellos adultos que padecen el síndrome del impostor.

El Sindrome Del Impostor En Ocasiones Empieza A Manifestarse En La Infancia

Consejos para no depositar sobre tu hijo el peso de expectativas muy elevadas

En este contexto, los niños afectados por síntomas similares al síndrome del impostor tienden a considerar que los resultados alcanzados en un ámbito determinado dependen más de otras cuestiones que de su propia implicación, dedicación y compromiso. El síndrome del impostor remite a la insatisfacción constante de quien considera que no está a la altura de las expectativas de aquello que otros esperan. Y, en la infancia, en ocasiones sucede que las expectativas que el entorno familiar deposita en el niño son realmente elevadas.

Los errores y los fracasos vividos, especialmente aquellos que dejan una huella notable en la memoria, pueden agravar el riesgo de sufrir el síndrome del impostor a lo largo de la vida. Especialmente, si el niño tiende a sentir que su valor personal depende de los resultados que obtiene en cada momento (resultados que, por otra parte, varían y cambian). Muchos de los aspectos que afectan a los adultos en su realidad emocional, tienen una raíz que conecta con otras experiencias de vida que comienzan en la infancia. Y esta conexión también se percibe, en ocasiones, en el síndrome del impostor.

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