Síndrome del cuidador en padres: causas, síntomas y consejos
¿Quién se ocupa de cuidar o de apoyar al cuidador en el ámbito familiar? Es una pregunta que se plantea de manera habitual cuando un adulto atiende a un ser querido que, por motivos de salud, presenta algún grado de dependencia. Sin embargo, el alto nivel de responsabilidad en el cuidado, que puede llegar a vivirse como una exigencia constante, también afecta a padres y madres de niños pequeños.
Especialmente, porque esta responsabilidad se concilia con otras muchas funciones y tareas. La falta de tiempo para uno mismo es todavía más evidente cuando el progenitor no cuenta con una red de apoyo habitual.
¿Qué síntomas y consecuencias produce el síndrome del cuidador en padres y madres?
Una sensación de cansancio habitual, que también irrumpe en fines de semana o periodos de vacaciones. Surge una mayor dificultad para desconectar de las responsabilidades familiares. La persona convive con la inercia frecuente de tener tareas pendientes de llevar a cabo. Existen pocos instantes de presencia consciente en la rutina del día a día. Es habitual que anticipe lo que tiene que hacer o recuerde con nostalgia el relax de otras etapas de la vida.
Es decir, convive con un peso que adquiere la forma de una carga mental. La mayor parte de su tiempo se alinea con el cumplimiento objetivos, responsabilidades, tareas y retos. Sin embargo, no encuentra el contexto deseado para dedicar más espacio a sí mismo y a su descanso. Por ello, es habitual que posponga y aplace planes sociales, actividades de ocio o pequeños placeres. Con frecuencia, el tiempo gira de forma permanente en torno a la planificación, la organización y la realización de diferentes tareas. Es decir, se establece una dinámica que potencia el peso de la monotonía en la rutina.
Cómo prevenir el síndrome del cuidador en padres y madres
La realidad de cada familia puede variar en multitud de factores. Cambia la situación personal y profesional de cada progenitor. También es distinto el contexto y el entorno. Por ejemplo, algunas personas cuentan con una red de ayuda habitual, mientras que otras solo pueden contar con la colaboración de los abuelos durante las vacaciones. ¿Cómo prevenir el síndrome del cuidador en padres y madres?
1. Reduce el nivel de exigencia
La realidad profesional y familiar pueden percibirse como un auténtico desafío, especialmente, cuando existen grandes barreras para conciliar. Pero el nivel de exigencia crece todavía más a partir del perfeccionismo, las expectativas imposibles, la comparación con los demás o la búsqueda de un ideal. Si tu voz interior te envía mensajes constantes en un tono de crítica, juicio negativo o prisa, cambia el discurso. Es decir, háblate con afecto y amabilidad.
2. Hablar de ello
En ocasiones, existe un punto de inflexión que influye positivamente en el ánimo: dar voz a aquellas preocupaciones, sensaciones o emociones que interfieren en el bienestar pleno. Habla con alguien cercano, aunque se encuentre a kilómetros de distancia. La escucha proporciona alivio, consuelo y acompañamiento. Pero también puede dar lugar a un diálogo que propicie algunos cambios positivos en la rutina cotidiana.
3. Date el permiso de posponer tareas
Existen cuestiones profesionales, personales o familiares que no pueden aplazarse durante más días. Sin embargo, sí existen otros asuntos que son más flexibles y que, por tanto, pueden trasladarse a otro momento del calendario. Aunque eso implique modificar la previsión inicial, es importante que hagas cambios si la situación lo requiere (escucha tus propias necesidades).
4. Pide ayuda profesional
En ocasiones, el cansancio generalizado que experimentan los progenitores es el resultado de un largo periodo en el que no se han dado el espacio necesario a sí mismos y a sus emociones. La orientación profesional, además del acompañamiento de amigos y familiares, es muy importante.
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