Siete beneficios del juego social en la infancia

El juego forma parte de la aventura de la infancia. Las distintas formas de entretenimiento adquieren matices diferentes. Con frecuencia, alimentan el encuentro, la conexión emocional y la participación en torno a un proyecto común. El juego social reúne esas características y, por ello, produce numerosos beneficios en el desarrollo infantil. A continuación, explicamos cuáles son los puntos más destacados.

1. Desarrollo de habilidades sociales

El juego social está muy presente en la creación, la formación y la evolución de la amistad en la niñez. Ofrece un espacio de seguridad en el que cada participante encuentra su propio lugar. La dinámica de la actividad facilita la interacción con el otro. En consecuencia, los niños ejercitan sus habilidades sociales mientras se divierten.

2. Experiencia de equipo

Las fortalezas para crear un equipo se aprenden a través de la experiencia. Y la esencia del juego social está perfectamente alineada con el significado de la palabra “nosotros”. El equipo está formado por personas diferentes que comparten aficiones en común. Por ello, cada uno disfruta de un marco de reconocimietno que alimenta su autoestima.

3. Resolución de conflictos

El juego social es una fuente de diversión, emociones agradables y entretenimiento. Pero también surgen dificultades, discusiones y conflictos que se resuelven en el contexto de la actividad. Por ello, es una propuesta que ofrece lecciones que se aplican en otros campos de la realidad.

4. Descubrimiento de la reciprocidad

La reciprocidad es uno de los ingredientes que forma parte de la amistad. Y es un componente que también está presente en la estructura de un juego social en el que cada uno aporta y recibe. Los niños toman decisiones de grupo, pero también dan su punto de vista individual.

5. Empatía

La comunicación en el juego social no solo se desarrolla a través del diálogo verbal. Las emociones y sentimientos se expresan mediante el lenguaje corporal que forma parte de la interacción. El niño observa al otro y, por tanto, aprende a reconocer información valiosa sobre cómo se siente. La interacción en el juego social va más allá de las palabras y el sentido de la escucha. Comienza por la observación.

6. Fortalecimiento de vínculos de amistad, compañerismo y familia

Los beneficios del juego social van más allá del ámbito educativo. De hecho, las familias pueden divertirse al compás de dinámicas que hacen posible compartir tiempo de calidad en torno a un mismo objetivo. En este escenario de ocio, se desarrolla la colaboración, el entendimiento, el aprendizaje de normas y el descubrimiento de valores.

7. Aprender diferentes roles

Uno de los roles que destaca en el juego social es el de mediador. Quien adopta este papel facilita el reencuentro entre quienes experimentan algún descuerdo. Pero existen roles diferentes que se perciben en una experiencia de entretenimiento y en la vida. Un mismo niño puede adoptar posiciones diferentes en función del momento. Por ello, el juego social ofrece un espacio de seguridad para el autodescubrimiento y para el conocimiento del propio ser humano.

El niño es social por naturaleza, por tanto, un juego que facilita el encuentro se alinea perfectamente con sus necesidades emocionales y afectivas.

Juguetes y juegos #felicidad #jugar