Una semana lectiva de cuatro días no comprometería el rendimiento académico
El Panaroma de la Educación (Indicadores de la OCDE 2013 / Informe Español), ponía por escrito lo que muchos sabíamos: “en España los niños tiene más horas lectivas que en la media de la Unión Europea», pero eso no es todo, también van más horas a clase que los otros países de la OCDE. Se calcula en 113 horas de más respecto a otros países del entorno, ¡ahí es nada! Sabiendo esto, no acabo de entender para que nos sirve que tengan más horas de clase, sino para presionarles más, y digo esto porque – como sabréis – no obtenemos los mejores resultados en pruebas internacionales. Eso sí, tales resultados según como se miren son importantes no no, así que voy a mirar este hecho desde otro punto de vista.
Por que a los padres lo que más nos interesa en la práctica, es el rendimiento entendido como…, bueno cada familia es un mundo: ‘las notas, comprobar que aprenden, descubrir que adquieren la competencia de ‘aprender a aprender’, ver que les motivan los proyectos de clase, etc”. Y aunque me estoy yendo otra vez del tema que os quiero presentar, concluiré esta breve disertación añadiendo que estar mucho tiempo en clase, no garantiza mejores notas, y no lo digo yo, sino una publicación del INE de hace cinco años. Ahora sí, a lo que iba: nuestros compañeros de Lo he visto nos cuentan que “acortar la semana escolar a cuatro días tendría un impacto positivo en el rendimiento académico”. Se refieren más concretamente a la Educación Primaria y a las áreas de Matemáticas y Lenguaje.
Las conclusiones provienen de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Georgia y la Estatal de Montana. Se ha analizado como afectaría una semana escolar de 4 días en el rendimiento estudiantil, comparando resultados de pruebas de matemáticas y lectura en cuarto y quinto grado (son equivalentes a los niveles 4º y 5º de Primaria) de niños de Colorado. No se ha observado impacto negativo (al contrario) en las calificaciones de matemáticas para estudiantes de quinto grado, y sus puntuaciones en lectura y comprensión lectora no sufrieron modificaciones.
Según cuenta Mary Beth Walker, co autora de la investigación, y decana de la Young School of Policy Studies (en Georgia): no esperaban los resultados obtenidos, porque se creía que combinando los cortos períodos de atención en estas edades, y un fin de semana largo (haciendo olvidar lo aprendido), se obtendría peor rendimiento.
Desempeño en pruebas de matemáticas y lectura
La evidencia demuestra que las puntuaciones en matemáticas y lectura pueden aumentar si se implantan semanas lectivas más cortas, y en matemáticas hasta un 12 por ciento, que no es poco. Se sugiere incluso que los profesores estarían más motivados ante esta modificación del rendimiento, y se implicarían en desarrollar métodos de enseñanza alternativos, más acordes con los tiempos que corren. Ello produciría avances en alcanzar los objetivos curriculares sin tener por ello que presionar en exceso a los alumnos.
El estudio mencionado tiene dudas sobre el acortamiento de la semana en secundaria (entiendo que a partir de la ‘middle school’ / desde quinto grado hasta el equivalente a 4º de ESO). Pero si que se apunta a la posibilidad de que la modificación redujera las tasas de absentismo.
Estoy segura de que a muchísimos niños y adolescentes, les gustaría conocer estos resultados, aunque los autores de la investigación aseguren que aún se debe repetir en otros contextos. Eso de asegurar que una semana escolar de 4 horas no compromete el rendimiento, se acerca bastante a la propuesta más aceptada por la mayoría de escolares de todas las edades que conozco: “¿nadie ha pensado que querríamos dos días de clase y cinco de fiesta; o quizás tres y cuatro?”, y aunque esto (que está basado en hechos reales) lo comento medio en broma, me parece que los verdaderos protagonistas de la educación, no van desencaminados.
Vía | Lo he visto
Foto | Flickr-US Department of Education
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