El semáforo para enseñar al bebé a controlar sus emociones
A lo largo de los primeros años de nuestro bebé se va a encontrar con un montón de novedades que tendrá que ir gestionando adecuadamente. No sólo aprenden a hablar, andar o comer, también hay un encuentro con sus emociones que debe aprender a utilizar en su justa medida. Las pataletas, los ataques de ira y los enfados suelen ser frecuentes en una etapa en la que se están adecuando al mundo y sus exigencias, así que debemos estar ojo avizor para no convertir a nuestro niño en un ser caprichoso, intolerante y egoísta.
Una buena técnica para que nuestro niño gestione sus emociones negativas es la conocida como del semáforo. En cuanto los niños ya empiezan a distinguir los colores, podemos utilizarlo para «matar dos pájaros de un tiro»: enseñarles educación vial y, al mismo tiempo, a gestionar sus rabietas. ¿Quieres saber cómo?
Cuando estamos muy, pero que muy enfadados estamos en el color Rojo así que es el momento de pararse. Igual que cuando un coche encuentra el color rojo en el semáforo y debe frenar.
El Amarillo nos indica que debemos prepararnos para iniciar la marcha, por eso es el mejor momento para pensar. ¿Por qué estoy sintiendo ésto?, ¿qué problema ha desencadenado tanta ira?, ¿cómo lo voy a solucionar?
Y por último tenemos el color Verde que es el que nos da vía libre para solucionar el problema. El tiempo de reflexión durante el momento del Amarillo, nos habrá servido para darnos cuenta de donde puede estar el error.
La técnica del semáforo es importante porque les ayuda a pensar por sí mismos y gestionar esas emociones que, a veces, afloran de forma descontrolada. La solución debe ser aquella que ellos encuentren ya que para cada uno será distinto: alejarse de aquello que le ha causado la ira, pedir perdón, callar… ellos mismos serán los que encuentren su solución.
Vía | Mi bebé y yo
Foto | Las torremochas