Seis ventajas de las clases particulares para niños en verano
Durante la etapa estival, las familias pueden valorar los recursos de una amplia oferta educativa que se programa en ciudades y pueblos. Los campamentos que se desarrollan durante las vacaciones, en el entorno urbano o rural, son un buen ejemplo. Sin embargo, existe otra propuesta de formación que, aunque es más demandada durante el curso, también puede integrarse en el calendario de verano. Las clases particulares para niños y niñas pueden girar en torno a diferentes materias.
1. Reforzar el aprendizaje y el repaso
El horario y el ritmo de las actividades extraescolares siempre se adaptan a las necesidades de los alumnos. Algunos niños acuden a alguna materia durante todo el curso, otros comienzan después de Navidad o cuando la etapa académica ya avanza hacia su recta final. Pues bien, también destaca el ejemplo de aquellos niños que, principalmente, acuden a algunas sesiones durante las vacaciones con el objetivo de reforzar el aprendizaje previo.
2. Preparación para un nuevo curso
Cada familia, que puede estar asesorada por el propio centro escolar, tiene su criterio para decidir que el niño acuda a clases particulares en verano. Sin embargo, entre los beneficios derivados de esta experiencia de formación destaca un aspecto relevante: el estudio aporta una preparación para iniciar el próximo curso.
3. Atención personalizada
Las clases particulares, ya sean individuales o en grupos reducidos, proporcionan una atención personalizada. Ofrecen el marco perfecto para hacer preguntas, resolver dudas, repasar los errores que se repiten con frecuencia, profundizar en algunos ejercicios… Durante el curso escolar muchos niños suman, al propio horario del colegio, otras actividades extraescolares y deberes. Durante el verano, por el contrario, el descanso, los juegos, los planes en la piscina y el tiempo libre adquieren una gran visibilidad en la agenda. En este contexto, el niño también puede disfrutar de las ventajas que proporciona un espacio de clases extraescolares para repasar una materia.
4. Crece la oferta de profesores particulares para niños
Existen diferentes profesiones que experimentan una gran proyección durante el verano. Muchos profesores de clases particulares deciden ofrecer sus servicios por horas durante los meses de julio y agosto.
5. Un contexto más dinámico y relajado
Las expectativas en torno a las clases particulares que se imparten durante el curso son diferentes a aquellas que se programan en verano. Especialmente, cuando la evolución del alumno es positiva. El contexto es más dinámico y relajado. En esencia, las clases ofrecen un seguimiento personalizado para el alumno que, entre el final de un curso y el inicio de otro, puede profundizar en el repaso o en el descubrimiento de nuevos conceptos.
6. Crear una rutina de verano en la que también hay espacio para el aprendizaje
La rutina de verano de los niños cambia de forma significativa y es muy positivo que disfruten de todos los beneficios que ofrece el tiempo libre, el horario flexible y la vida familiar. Sin embargo, en esa rutina también puede haber espacio para el aprendizaje. Sin que eso signifique que las clases particulares deban impartirse todos los días de la semana. Sin duda, el descanso y la desconexión son claves durante la etapa estival. Por ello, hay que encontrar el equilibrio.
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