Seis tipos de gastos en familias con hijos pequeños

El aspecto económico está presente en cualquier proyecto de vida personal y familiar. Pues bien, la gestión de las finanzas plantea diferentes obstáculos en relación con el ahorro. Sin embargo, la creación de un fondo de dinero comienza con una óptima planificación. Para ello, es recomendable identificar los distintos tipos de gastos que forman parte de la rutina familiar. En Uno más en la Familia enumeramos una clasificación integrada por diferentes grupos.

1. Gastos necesarios en las familias con hijos

Son aquellos que se presentan como imprescindibles, es decir, adquieren una prioridad esencial en la organización del presupuesto. Ten en cuenta que cubren necesidades básicas de los padres y del bebé. La cesta de la compra se enmarca en este contexto. Pero, también, aquellas facturas que están relacionadas con el propio mantenimiento de la vivienda.

2. Gastos hormiga en las familias con hijos

Existen pequeñas cantidades que parecen poco significativas cuando se analizan en sí mismas, pero adquieren una visión distinta cuando se ponen en su contexto. Los gastos hormiga ponen el acento en el nivel de alcance de esas pequeñas cifras que muestran un dato relevante en la suma final. Pues bien, existe un error frecuente en la organización de las finanzas personales: ignorar este tipo de compra. A veces, porque ni siquiera se recuerda. Por ello, es recomendable hacer un seguimiento de estos pequeños detalles al anotarlos en una libreta.

3. Gastos variables

Existen gastos que se mantienen de forma constante a lo largo del año, pero no tienen el mismo impacto en el presupuesto mensual. Así sucede cuando el resultado final está determinado por el uso que se hace de un servicio determinado. Y, en ese caso, el nivel de frecuencia se materializa en la factura final. Pues bien, conviene poner el acento en este tipo de gasto para incrementar el ahorro familiar.

4. Gastos extraordinarios en los hogares

Incluso cuando las decisiones de compra se toman de forma consciente, a partir de una planificación previa, surgen gastos inesperados. Es decir, ocurren hechos extraordinarios que requieren de una respuesta puntual. Es un tipo de circunstancia que puede modificar de forma general la previsión realizada para las próximas semanas, especialmente, cuando no se dispone de un fondo de contingencia. Conviene puntualizar que algunos gastos extraordinarios no son imprescindibles, sin embargo, se asumen desde la responsabilidad personal.

5. Gastos aplazables

Finalmente, recordamos que existen objetivos que pueden aplazarse durante un tiempo. En ese caso, el gasto asociado se pospone durante días, semanas o meses. Por ejemplo, es habitual que las familias esperen al periodo de rebajas para renovar la roba del bebé. También es posible posponer una compra para compensar el impacto que produce la irrupción de un gasto extraordinario que debe atenderse cuanto antes.

6. Gastos inútiles

Algunos objetos ni siquiera llegan a utilizarse. En ese caso, se convierten en inservibles. Es decir, ocupan un espacio en casa pero no aportan una verdadera función práctica. Comprar más de lo necesario es una tendencia posible que incrementa el riesgo de caer en gastos inútiles que, en sí mismos, muestran una inversión inadecuada. En ocasiones, este tipo de gasto está motivado por un factor emocional.

Como puedes observar, cada tipo de gasto tiene un impacto distinto en el presupuesto familiar.

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