Seis consejos para potenciar la educación familiar
Hoy es el Día Internacional de la Educación. La formación está muy vinculada con el plano académico, sin embargo, la labor de educar comienza en casa. En Uno más en la Familia compartimos seis consejos para impulsar la educación familiar.
1. Proyecto educativo integrado en el plan de vida familiar
Un proyecto de vida familiar puede contemplar distintos objetivos que se enmarcan en temáticas diferentes. La educación es una misión que merece un espacio especial en el contexto. De este modo, una o dos personas pueden dar forma a una visión que está alineada con principios, valores y metas significativas.
2. Perspectiva holística de la educación
Como hemos indicado previamente, el proyecto de vida familiar pone el acento en objetivos relacionados con temas diferentes. Del mismo modo, la educación es un concepto que adquiere un enfoque integral en el marco del hogar. Padres y madres transmiten enseñanzas que están directamente relacionadas con la vida y la existencia está llena de matices.
La educación familiar pone el acento en la afectividad, la comunicación, la adquisición del lenguaje, la comprensión lectora, la animación a la lectura, la alimentación, los valores y el juego (entre otros muchos temas). De hecho, la propia educación familiar también va más allá de los límites del hogar. Las acciones que educan se enmarcan en otros escenarios que forman parte de la rutina: en la biblioteca, en la calle, en la comunidad de vecinos o en el parque.
3. Comunicación con quienes forman parte de la red de apoyo
Existen distintas personas que dejan una huella en la educación de los niños. Por ejemplo, los abuelos, una cuidadora o los profesionales que trabajan en el centro de educación infantil. El mantenimiento de una comunicación frecuente con quienes forman parte de la red de apoyo es clave para potenciar la educación familiar positiva, constante y consciente.
4. Aprendizaje permanente
Padres y madres asumen nuevas responsabilidades cuando tienen su primer hijo. El deseo de ser la mejor versión ante el niño, y transmitirle un ejemplo sólido y coherente, conecta con el plano de la superación personal. La formación familiar es eminentemente práctica, puesto que se refleja en las decisiones tomadas y en las acciones llevadas a cabo. Pero el aprendizaje teórico constituye una preparación importante para afrontar cada nuevo desafío. Las escuelas de padres y madres ofrecen una formación continua que puede ampliarse con la lectura de libros, la asistencia a conferencias y charlas.
La propia distancia generacional sitúa a padres y madres en un contexto diferente a aquel que vivieron en su infancia. Por ello, necesitan adquirir nuevas competencias, habilidades y recursos para acompañar a sus hijos en un escenario actual que presenta retos y oportunidades diferentes.
5. Definición de objetivos realistas
La educación familiar no debe confundirse con el perfeccionismo o los altos niveles de exigencia. De hecho, las metas que resultan inviables en la práctica se convierten en una fuente de frustración para los adultos y, también, para el propio niño. Por el contrario, los objetivos sencillos, aquellos que se contextualizan en el corto plazo, son esenciales para educar de forma consciente en la familia. Proporcionan una dirección y un horizonte próximo en un tiempo marcado por los cambios y la incertidumbre.
6. Educar con inteligencia emocional
Existen conceptos que adquieren un significado importante en el marco académico. La educación familiar, por su parte, produce una influencia que perdura en la etapa adulta. De hecho, comienza a desarrollarse con anterioridad al instante en el que el niño inicia su etapa en la escuela. La inteligencia emocional pone en el centro del proceso educativo conceptos tan importantes como la felicidad infantil y el bienestar emocional.
Los sentimientos son importantes en la educación familiar. Pero también lo son la razón y el pensamiento. Los diferentes ingredientes pueden estar perfectamente integrados en la comprensión de una situación que se resuelve con paciencia, sentido común y constancia.
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