Romantizar la maternidad: ¿Qué consecuencias produce?

El término romantizar recuerda a la esencia de comedias románticas con final feliz. Actualmente, es una palabra que se integra en diferentes contextos. La fórmula “romantizar tu vida” es utilizada en redes sociales. Es una expresión que hace referencia a la capacidad de vivir la rutina de forma especial. Es decir, implica disfrutar de lo cotidiano como algo verdaderamente significativo. Este término también puede aplicarse al ámbito de la maternidad. Una maternidad que desde este punto de vista se percibe con una imagen idealizada.

Se cae en conclusiones absolutas que llevan a interpretar que formar una familia es sinónimo de perfección. Sin embargo, es habitual experimentar que la imagen idealizada de la maternidad que una persona había visualizado en tantos estereotipos sociales, se distancia de la realidad cuando experimenta el proceso en primera persona. Y de este modo, surge una enorme sensación de lejanía entre el ideal y la vida cotidiana.

¿Cuál es el riesgo de idealizar la experiencia de ser madre?

La maternidad, por otra parte, está directamente vinculada con la vivencia personal. Una sucesión de vivencias y experiencias que componen la biografía de quien ha formado una familia. Y existen numerosas voces y testimonios que muestran los múltiples matices que pueden comentarse al respecto. La romantización de la maternidad lleva a censurar aquellas emociones, comentarios y opiniones que rompen con esa imagen idealizada que no está en la realidad, sino en la mente de quien alimenta esta expectativa. La romantización produce una consecuencia directa: el exceso de autoexigencia que pesa sobre los hombros de quien no se permite mostrar vulnerabilidad, sentir tristeza o exteriorizar su cansancio. Es un concepto que parece no dejar espacio a las dudas o a preguntas que no tienen una respuesta clara.

El concepto romantizar tiene una parte positiva cuando se interpreta como una invitación para transformar lo cotidiano en especial. En ese caso, puede convertirse en una fuente de inspiración. Pero no es constructivo cuando da lugar a una idealización de la maternidad que parece no dejar espacio para nada más. Es decir, a partir del instante en el que una mujer se convierte en madre, otras facetas pueden llegar a ser invisibles según este punto de vista. Las dificultades de la maternidad, por otra parte, se integran en el propio contexto social. Existen numerosas variables que pueden incrementar el nivel de complejidad en la conciliación, en el plano económico, en el desarrollo personal o en la vida familiar. Las circunstancias externas no son secundarias, de hecho, pueden influir en la decisión de posponer la maternidad o de renunciar a ella.

Es importante evitar la romantización y potenciar la empatía

Si la vida fuese un cuento, la maternidad podría representarse como una meta feliz, según el punto de vista de la romantización. Un final feliz que se percibe como un hecho definitivo, perfecto en sí mismo y pleno. La idealización puede dar lugar al juicio negativo en lugar de potenciar la comprensión ante aquellas historias y testimonios que se alejan de las creencias personales.

Padres y madres #felicidad #maternidad