Retomar con optimismo la vuelta al cole para evitar el síndrome post-vacacional
Como es habitual a finales de agosto y principios de septiembre, resulta inevitable no hablar de la vuelta al cole y el ya tan conocido «síndrome post-vacacional» que en ocasiones puede llegar hasta derivar en depresión. Afortunadamente llegar a este extremo no es lo normal aunque sí es cierto que puede causar molestos síntomas incluso en los niños.
Aunque no existe una patología como síndrome post-vacacional descrita en los anales de pediatría, sí es cierto que algunos niños pueden presentar cuadros que hagan sospechar que la vuelta al cole y la rutina se les está atragantando. Las náuseas, el insomnio, la diarrea y el nerviosismo puede avisarnos de que el síndrome postvacacional está presente en los pequeños.
En artículos de otros años ya hemos hablado sobre algunas formas de evitar que los niños se angustien ante el inicio de las rutinas como comenzar unos días antes a regular los horarios o hablarles de los compañeros. Sin embargo para mí es fundamental el hacerles ver su regreso como algo positivo. Para ello es importante que esta actitud la vean en nosotros mismos.
Es inevitable durante estos días que en la televisión se hable de lo pesado que es el regreso al trabajo y también las típicas lágrimas de los más pequeños en su primer día de clase. Por eso considero importante hablarles de todo lo bueno que tiene la vuelta al cole. Podemos recordarles que volverán a ver a sus compañeros y que podrán contarles sus peripecias durante las vacaciones. También que retomarán las actividades extraescolares que más les gustan. Intentemos (porque es un poco difícil) que no nos pillen con alguna frase como «Lástima, lo bueno dura poco, qué pena que tengo que volver al trabajo!»
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Foto | Flick-Cotallo nonocot