Reproducción asistida: Donación de óvulos
Aunque no se saben exactamente las causas, cada vez son más las parejas que tienen problemas a la hora de tener hijos. Quizás por el modo de vida, la mala alimentación o problemas genéticos, lo cierto es que el número de casos de infertilidad ha aumentado de forma considerable. En la mayoría de los casos se puede solucionar con técnicas de reproducción asistida como la inseminación o la fecundación in vitro, en otros, además, también se necesita de la ayuda externa de un donante que bien puede ser de esperma o de óvulos.
La donación de óvulos está legislada en nuestro país desde el año 1988 y, del mismo modo que el esperma, es un acto voluntario y anónimo. La donante debe tener una edad entre los 18 y 35 años, además de tener una salud perfecta, no ser portadora de enfermedades genéticas ni de otras relacionadas con la transmisión sexual.
Las mujeres a las que van destinados estos óvulos son aquellas a las que se les han extirpado los suyos, por cualquier enfermedad, las que los tienen dañados, como por ejemplo por algunos tratamientos de quimioterapia, o por tener una edad avanzada.
Aquella mujer que se convierte en donante, y después de pasar distintas pruebas ginecológicas, analíticas, incluso psicológicas, empieza un tratamiento con fármacos inyectables, del mismo modo que se realiza ante una fecundación in vitro, con el fin de estimular la producción de óvulos. Tras comprobar que están listos y maduros, se realiza un punción folicular, una operación muy sencilla que apenas dura unos diez minutos.
La transmisión a la mujer receptora se puede hacer de dos formas: bien sincronizar a ambas para que tanto la extracción como la recepción se realice el mismo día; o los óvulos extraídos, después de fecundados, se congelan en el laboratorio y se transfieren más adelante.
Vía | Todo sobre la fertilidad
Foto | Masola
Comentarios cerrados