Reproducción asistida: Banco de semen
La infertilidad sigue siendo uno de los graves problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad. Desgraciadamente cada vez son más las parejas que se enfrentan a este inconveniente. Por suerte la ciencia médica ha avanzado considerablemente para traer soluciones a, casi, cualquier necesidad, ya sea dentro del seno de una pareja como a la hora de hablar de mujeres que desean ser madres sin la necesidad de mantener relaciones con un hombre.
Es aquí donde entran los bancos de semen, esos lugares de los que hemos oído hablar en multitud de ocasiones pero que, seguramente, no sabemos bien cómo funcionan. Aunque a grandes rasgos, y generalizando, voy a intentar descubrir un poco sobre este enigmático mundo.
Los bancos de semen o esperma, existen para dar servicio a toda aquella mujer (con o sin pareja) que lo necesite ante una inseminación artificial o fecundación in vitro. En la mayoría de los casos estos bancos se encuentran en la misma clínica en la que le van a realizar el tratamiento, aunque en otros están en lugares ajenos al centro hospitalario, siendo meros suministradores.
Los donantes acuden a estos bancos para depositar su muestra de semen y siguiendo unos rigurosos controles de salud. De igual modo se almacena siguiendo unas estrictas técnicas de sellado y conservación para que no exista ningún riesgo de contaminación y mantengan la temperatura ideal.
Cuando una mujer, o pareja, van a solicitar su muestra se tienen que tener en cuenta ciertas características: coincidir con el grupo sanguíneo y tener un aspecto físico similar: color de piel, de cabellos y ojos, altura, peso… En ningún caso se conocerá la procedencia o identidad del donante ya que, según nuestra legislatura, es totalmente anónima.
Vía | Todo sobre la fertilidad
Foto | Coveca
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