La Generación Yawn, una oportunidad para la cultura

Más allá de los millennials y los postmillennials, existe otra cohorte demográfica que, pese a ser algo menos conocida, representa con exactitud los jóvenes de hoy en día: la Generación Yawn, o Generación Bostezo. Rompiendo los estereotipos asociados con los adolescentes y los veinteañeros, esta nueva generación se caracteriza por preferir los planes tranquilos, como leer un libro o hacer un maratón de series en casa, a las fiestas y las noches de desfase.

Se trata, sin duda, de una conducta a imitar y ofrece además una excelente oportunidad a los padres para enseñar a sus hijos todos los beneficios de la cultura. Si desde pequeños se les educa a amar la música, la pintura y el teatro, se conseguirá estimularlos intelectualmente y se les preparará para ser más críticos en su vida adulta. Al mismo tiempo, podrá evitarse el naufragio al que parece estar evocado el arte en esta sociedad capitalista.

El trabajo de los padres se sumará al evidente interés de las nuevas generaciones por las actividades culturales y los planes reposados, que tiene parte de sus raíces en la creciente pasión por llevar un estilo de vida saludable. La presión por alcanzar los cánones de belleza marcados socialmente también hacen que la comida sana y el deporte tengan un papel central en la vida de los jóvenes, aunque la crisis y los sueldos bajo son los grandes culpables de que prefieran quedarse en casa.

Algunas celebridades también han tenido mucho que decir en este cambio en los hábitos de ocio de los chicos y chicas de 20 años. La cantante Taylor Swift o la actriz Emma Watson, por ejemplo, se mantienen alejadas de toda polémica y, siendo conscientes de la enorme legión de fans que arrastran, aprovechan su repercusión mediática para promocionar la lectura, el ejercicio físico y una actitud frente a la vida sin máscaras ni apariencias.

Le debemos el concepto de ‘Generación Bostezo’ a la periodista Rachael Dove, quien lo utilizó por primera vez en un artículo publicado en 2014 en el diario británico Daily Telegraph. Ella misma se incluía en esta nueva juventud y se diferenciaba claramente de las anteriores, que solían asociar la diversión con amigos con el consumo de drogas y alcohol. En la actualidad, por contraste, el porcentaje de adolescentes que fuman es el más bajo desde 1982.

Estas estadísticas se trasladan también en otros ámbitos. Estudios citados en la mencionada pieza certifican que los jóvenes son a día de hoy más empáticos y educados que la generación de sus padres, y además los índices de criminalidad adolescente han disminuido en los últimos años. Parece que salir de fiesta ya no está tan de moda como antes o, como mínimo, no suele hacerse con tanto desenfreno y se combina con sesiones de yoga y varias horas semanales de lectura.