La enfermería pediátrica: la enfermería especializada en el cuidado de los niños
La enfermería pediátrica se ha posicionado en los últimos años como una de las especialidades más demandadas tanto por los pacientes como por los propios centros y clínicas sanitarias. Esta especialización dentro de la enfermería se encarga de dar soporte a niños de entre 0 y 15 años, atendiendo de manera profesional las necesidades específicas que pueden desarrollar los niños y jóvenes comprendidos entre estas edades.
Este tipo tan concreto de enfermería comenzó su andadura a finales de siglo XIX y, hoy en día, es una de las especializaciones más solicitadas por los estudiantes de enfermería que buscan encontrar una salida profesional con futuro para su carrera. Además, por suerte, en la actualidad una excelente oferta de máster enfermería escolar que permite afianzar los conocimientos aprendidos durante la carrera enfocándolos en dar el mejor soporte adaptado a bebés, niños y adolescentes.
Aunque pudiese parecer que esta es una rama más de la enfermería, lo cierto es que esta es, probablemente, una de las especializaciones más complejas que se pueden estudiar. Los niños cuentan con una serie de necesidades muy específicas y, además, esta actuación incide directamente en su buen desarrollo, por lo que es un tema de gran relevancia.
La importancia de la enfermería pediátrica
Además de crear profesionales con todo tipo de conocimientos sanitarios para hacer frente a un seguimiento o a un diagnóstico y tratamiento de los pacientes infantiles, las enfermería pediátrica es la clave para obtener una relación sana con los pacientes. La gran relevancia de los enfermeros pediátricos reside, sin duda, en la cercanía y la forma de comunicarse con el niño o el adolescente.
De esta forma, la práctica de la enfermería pediátrica se vuelve indispensable para realizar seguimientos más cercanos y frecuentes, permitiendo también a los profesionales de esta especialización observar mucho mejor el desarrollo de los pacientes.
Además, como ya comentamos, la enfermería pediátrica es una rama que se encarga directamente de cuidar y supervisar las etapas del desarrollo de un niño, un factor fundamental para su correcto crecimiento. Es, por tanto, un aspecto clave que forma parte de la rutina sanitaria que los niños deben llevar desde su nacimiento hasta la edad de 15 años.
Las competencias y funciones de la enfermería pediátrica
Como es lógico, la enfermería pediátrica comparte muchos aspectos de su aplicación con otras aplicaciones de la enfermería. Sin embargo, en este caso, sí existen ciertas competencias y funciones concretas que se dan únicamente en este ámbito y que tienen como principal foco la atención al desarrollo y al acompañamiento de los niños.
Es por este motivo por el que ciertas funciones de la enfermería pediátrica no se dan en otras especializaciones de la materia o, al menos, no se aplican de la misma manera.
En primer lugar, la principal función de un profesional de la enfermería pediátrica es tener la capacidad de establecer una relación profesional y cercana tanto con el niño como con su familia y su entorno. Se deben demostrar habilidades técnicas pero también se deben desarrollar valores como la empatía para hacer frente a todo tipo de situaciones socioculturales. De esta manera, se pueden identificar mejor las necesidades de cada niño y adaptar las soluciones para su bienestar.
Por otra parte, también se debe trabajar en un marco práctico clínico y científico, respaldado con la mayor evidencia que permita analizar los datos obtenidos y ofrecer resultados eficientes adecuados.
Otro de los puntos importantes a trabajar es la capacidad de comunicación tanto con el niño como con su entorno, sobre todo, para poder actuar de forma precoz, anticipándose lo máximo posible para detectar cuanto antes cualquier tipo de anomalía o necesidad específica.
Cabe destacar también que, dentro de las funciones de cualquier enfermero pediátrico debe encontrarse siempre la competencia para poder transmitir de forma clara y directa las directrices que los padres deben seguir para el cuidado del menor, haciendo especial hincapié en un estilo de vida saludable y una serie de pautas que favorezcan el desarollo.
Por último, también es importante que el trabajo de enfermería pediátrica cree sinergias con otras disciplinas (pedagogos, educadores, psicólogos, médicos…), de manera que se encuentre siempre la mejor decisión con responsabilidad y con una visión integral.
La enfermería pediátrica: el empleo del futuro
Por todo lo comentado, esta claro que la enfermería pediátrica se posiciona como uno de los empleos con mayor proyección de futuro que podemos encontrar hoy en día en el mercado laboral. Contar con una especialización de este tipo puede ser un factor fundamental para encontrar una vocación sanitaria dentro de la cual desarrollarse como profesional.
Además de esto, está claro que en los últimos años está habiendo toda una tendencia al alza en cuestión de esta especialización, surgiendo cada vez más cursos y másters sobre el tema que permiten encontrar a los estudiantes de enfermería su profesión de futuro.
Por suerte, este es un empleo que no pasará de moda, que se seguirá desarrollando y, sobre todo, que es fundamental para que las nuevas generaciones puedan desarrollarse y crecer de manera sana y correcta. Sin duda, una nueva forma de ver la enfermería dedicada a niños y adolescentes con la que miles de personas podrán enfocar su talento y conseguir empleos altamente especializados.
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